Alimentación, 2

11-09-2012.

Alimentación de pintadas destinadas a la producción de carne

—Nivel energético del pienso.

Para el 1.er periodo se puede proporcionar un pienso comercial en forma de harina con 3 100 kcal EM/kg; durante el 2.º y 3.er periodo se recomienda un nivel de 3 150‑3 300 kcal EM/kg.

 —Nivel proteico del pienso.

Se recomiendan los siguientes porcentajes en los distintos periodos: 25% durante el 1.º, 22% en el 2.º, y 20% en el 3.º.

Para valorar que el programa de alimentación de las aves es el correcto, se utiliza el índice de Conversión o Transformación (kilogramos de pienso necesarios para que el animal engorde 1 kg). En Extremadura, los valores del Índice de Conversión oscilan entre 3,5 y 3,8, según que las pintadas sean criadas en interior o en exterior (fig. 65).

 

Fig. 65. Índice de conversión y crecimiento de las pintadas recriadas mediante un sistema de explotación intensivo y extensivo, respectivamente, en Extremadura.

—Influencia del contenido energético y de la tasa proteica del pienso en el crecimiento.

La pintada es menos sensible que el pollo a las variaciones del aporte energético; sin embargo, sí es bastante sensible a las variaciones en el aporte proteico.

Con un nivel proteico determinado, piensos con alto y bajo aporte energético proporcionan una ganancia de peso con pocas diferencias. La necesidad de un aporte calórico elevado concierne solamente a las cuatro primeras semanas de vida de la pintada.

La pintada ajusta su consumo para satisfacer sus necesidades energéticas de mantenimiento y de crecimiento, y es incapaz de ingerir un exceso de calorías para transformarlas en grasa.

El aporte de proteínas a partir de las cuatro semanas determina la velocidad de crecimiento. La pintada tiene un crecimiento muy lento cuando el aporte de proteínas es insuficiente en este periodo y, por tanto, acusa un retraso importante en el crecimiento. Para evitar tal retardo, hay que disponer de regímenes que cubran la necesidad en aminoácidos durante la etapa de crecimiento de la pintada.

Los aminoácidos sulfurados constituyen el primer factor limitante de los regímenes maíz‑soja, comúnmente utilizados en Francia (tabla 4).

 

Tabla 4. Necesidades de las pintadas en proteínas y aminoácidos según Leclercq.

—Necesidades de vitaminas.

Diversos estudios sobre la necesidad en vitaminas de las pintadas han mostrado que durante las primeras etapas de crecimiento muestran unas necesidades similares a los pollos en crecimiento. Una aportación elevada de niacina es recomendable en las primeras etapas para evitar problemas de perosis. A partir de las 6 semanas de edad, las necesidades en vitaminas se reducen sensiblemente.

—Necesidades en minerales.

Las necesidades en minerales de la pintada son similares a las del pollo.

—Presentación del alimento.

El primer pienso es recomendable presentarlo en migajas y, a partir de la edad de dos semanas, en forma de gránulos (2,5 mm). No obstante, la pintada, contrariamente al pollo, puede ser alimentada muy bien hasta las ocho semanas con harina; ni la velocidad de crecimiento, ni el índice de conversión se ven afectados, si se consigue evitar el despilfarro de pienso por parte de los pintadones.

—Composición corporal en función de los sexos.

Hasta la edad de doce semanas, el desarrollo corporal de las pintadas es semejante en ambos sexos. Más allá de esta edad, la hembra realiza ganancias superiores de peso vivo; cuando se llega a la madurez sexual, este crecimiento suplementario se corresponde solamente con depósitos de grasa y con un desarrollo de los órganos sexuales.

Composición corporal en función del programa de luz.

Estudios realizados por el INRA (Francia), trataron de relacionar el cúmulo de grasa abdominal, observado sobre todo en las pintadas hembras, al inicio de la madurez sexual, con los ciclos de luz durante los periodos de producción, concluyendo que un ciclo luminoso decreciente parece reducir el engrasamiento; existen otros estudios que han concluido que el alumbrado continuo decreciente permite reducir la cantidad de grasa abdominal en torno al 12% y al 23%, respectivamente, en los machos y en las hembras.

Esta técnica podría ser utilizada para reducir el engorde y mejorar el rendimiento al sacrificio.

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