Erotismo versus animalidad

30-08-2012.

 La conciencia de respeto a la naturaleza, que la sociedad debe asumir, es interpretada por algunos como una vuelta a su estado primitivo; lo que podría conducir, en lo que respecta al sexo, a su animalización.

El placer sexual es una de las causas de lo que somos, como individuos y como sociedad. En la mayoría de los animales, la reproducción está auspiciada por el placer; pero, en el hombre, ese placer está modificado por el deseo de descubrir y por la cultura. Descubrir lo que está oculto ‑el misterio‑, desvelar lo íntimo es un fenómeno ligado a la adquisición de la racionalidad; y en el sexo, la acción de descubrir puede llegar a ser tan placentera como el mismo descubrimiento, de ahí que la insinuación tenga tanto valor en la sexualidad. De la misma fuente de la racionalidad, del neo‑córtex, también surge la cultura, por la cual todo puede ser representado por símbolos con la misma o incluso más intensidad que aquello a lo que representan. Y la insinuación y los símbolos sexuales son caminos que conducen al amor sensual; caminos cuya perfección, precisamente, definen el erotismo ‑aquello que estimula el amor sensual‑.

La “desanimalización” del amor físico condujo al erotismo, en el cual está el origen de algunas de las obras más sublimes de la civilización y una de las mayores fuentes de placer humano; pero, actualmente, una corriente de opinión supuestamente progresista pretende eliminar el misterio y símbolos utilizados en el amor físico, con el interés de conseguir una naturalidad de la sexualidad ‑las clases de masturbación en los programas de educación de Extremadura y Andalucía, por ejemplo‑. ¿Podría ocurrir que ese camino a una sexualidad natural condujera, muy a pesar de sus promotores, a su “animalización”? Y es que, como dice mi amigo el profesor Lorite: El hombre es un animal paradójico.


Figuras y vídeo

Los zapatos de tacón que usa la mujer alargan las piernas, marcan las pantorrillas y provocan una ligera inclinación del cuerpo, que exalta sus nalgas. Los zapatos de tacón ‑desaconsejados por médicos y fisioterapeutas‑ son un poderoso elemento de la moda femenina actual.

La falda que deja ver solo una parte de las piernas de una mujer, lo que realmente muestra es todo un hermoso cuerpo desnudo, que quien las contempla se imagina descubrir.

La canción “Bésame mucho” de la mexicana Consuelo Velázquez ha sido interpretada por los mejores intérpretes, desde que se compusiera en el siglo pasado (1940). Las cadencias de los sonidos y las inflexiones de voz que la keniata Valeri Kimani le da a la canción hacen de ella una sensualísima pieza musical: http://www.youtube.com/watch?v=ivfF_seHIDY&feature=related.

delmoraldelavega@yahoo.es

www.albayanaideas.blogspot.com

 

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