Canciones del verano

02-08-2010.
En una manifestación, en Barcelona,
le tienden a Montilla una encerrona
y el pobre, compungido,
en un portal cercano se ha escondido.

«Señor Montilla: en la próxima ocasión, vaya con vista
ante la multitud separatista».
Es muy sencillo:
se trata de salvar… los calzoncillos.
 
Al presidente Rodríguez Zapatero
se le ha visto el plumero.
La pasada legislatura, muy astuto,
prometió a Cataluña un estatuto
y, seis años después,
le traspasa el marrón a un cordobés.
¡Qué listo es Zapatero!
Además de talante… “tié” salero.
 
Piensa, Pepe Montilla,
que en Barcelona se está de maravilla.
Los silbidos, insultos y empujones
embellecen las manifestaciones.
Al fin y al cabo,
el mejor protegido es el más bravo.
Y para soluciones,
basta con otro par… de pantalones.
 
Acusaba al gobierno, don Mariano,
de los impuestos que paga el ciudadano;
y el diputado “sociata”, Canongía,
armó la algarabía.
Rajoy es desabrido,
lacio, lila, parado y aburrido.
Pero eso no es razón
para que alguien le llame… «Maricón».
 
Qué arte tiene Rodríguez Zapatero,
cuando habla de dinero.
Parados, funcionarios, jubilados…
le votan encantados.
Los sindicatos
aplauden sus medidas, como jabatos.
Y, ¡por cajones!,
antes de unos dos años… no habrá elecciones.
Barcelona, 16 de julio de 2010.

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