Titulares

24-01-2010.
Sin intención alguna de suplantar a ningún especialista o persona más instruida y versada que yo en el tema que abordo (y menos a Berzosa), entenderán ustedes que entre en lo siguiente, al menos con la insana intención de criticar a ultranza y con mala leche.

En un diario de tirada nacional, de los punteros, en su edición andaluza, he encontrado estas perlas de titulares (fecha 20‑01‑2010); seguro que ustedes ya habrán detectado cosas semejantes en múltiples ocasiones pero no quiero dejar pasar la ocasión por hacer consideraciones acerca de lo periodístico en su actual formato y estado.
Sean las perlas, literalmente, las siguientes:
INDEMNIZADA UNA MUJER FALLECIDA POR MALA PRAXIS MÉDICA
(En un periódico de Jaén)
DOS ENCARCELADOS AL QUEMAR LA EX NOVIA DE UNO DE ELLOS
(En un periódico de Sevilla)
Ahí es nada. Según el primer titular se ha indemnizado a una mujer FALLECIDA… Sí, muerta del todo, no un poquito, ni siquiera así como en coma, nada de ello. La pobre mujer falleció, se dice, por mala praxis médica y su muerte ya es del todo irreversible. Ahora habría que preguntarse, a la vista del titular, cómo es posible que recibiese la pobre finada una indemnización por dicha causa (o por cualquiera), de qué mundo de ultratumba volvió la citada víctima o si es que quienes debieron pagar el desafuero acudieron a prácticas de magia negra, espiritismo y similares para lograr el contacto y ejecutar la sentencia. Y también uno se pregunta, ante las más que fundadas dudas del más allá y sus parámetros, si es que ese dinero le serviría de algo en esas dimensiones a la finada.
Es de suponer que la cosa no iba por ahí y que han sido sus deudos quienes recibieron o recibirán la cantidad ajustada judicialmente. Que es de lo más lógico, me digo yo.
La redacción del segundo titular va más por los errores gramaticales ocurridos en el mismo. Si nos atenemos a la expresión inicial… al quemar la ex novia… tendríamos que deducir que quien quemó algo o a alguien (a alguien, ¿eh?) fue la exnovia de uno de los encarcelados y si de resultas de esa quema fue ella misma la que a sí se quemó, entonces aquello habría sido un suicidio, que no homicidio o asesinato y, por lo tanto, ninguno de los encarcelados debiese estar en chirona. O quemó algo, que tal vez sería algún regalo que no quería de su pareja, trastos tirados a un vertedero, papeles comprometedores… Tal y como queda redactado, deduzco del titular que no debe ser lo que realmente pasó.
Además esa ex novia queda de lo más molón y por ello, al maquetar el titular, debió no entrarles esa a que debieran haber puesto, según mi modesto parecer. Así lo hubiesen logrado si hubiesen configurado la palabra con el prefijo ex pegado como tal a novia, tal que así: exnovia. (Rectifíquenme enhorabuena quienes tengan de esto más autoridad o sapiencia).
Y ahora viene mi reflexión de practicante modesto de la actividad de prensa escrita (durante algún corto tiempo), porque, sin pontificar o sermonear al personal actual, quiero hacerla. Es cosa primordial en tal prensa que los titulares sean la columna vertebral de lo que se transmite, por lo que han de ser claros, cortos, impactantes en lo posible y dar idea cabal de lo que se desarrolla en el cuerpo de la noticia; con la intención sanísima de atraer la atención del lector y “fijarlo” en la página o páginas del impreso. Por ello, antes ‑al menos‑ se cuidaban y había algún desgraciado veterano que estaba dedicado a la corrección. Los había y yo hasta cierto punto lo hice también.
Con las prisas de la modernidad, se fueron relajando esas censurasde estilo, de datos, de ortografía y redacción. Los correctores automáticos de los procesadores de texto debieran encargase de ese trabajo; pero es como los traductores también automáticos… ¡que sueltan cada barbaridad…! Más aún, cuando se nos invade con las supercompactadas mensajerías virtuales (móviles, correos varios electrónicos, chats…), que exigen una supuesta comunicación velocísima, por delante del discurso pensado o hablado y desde luego del escrito. Esta maldita costumbre cibernética nos va a llevar a la más simple manifestación del paleolenguaje.
La prensa se está contagiando de todo este mal y, si pasamos a la prensa de la red (se diga que es prensa o no, según algún juez), ya la cosa se ha escapado de las manos. Así que o por estas causas o también porque la economía de los diarios exige prescindir de los correctores de antaño, el resultado es semejante a lo que empecé exponiendo y es motivo del artículo. Y lo peor, que no es un diario de medio pelo.

Nota del redactor jefe:
El término ex tiene función sustantiva, cuando decimos mi ex: “2. com. Persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra” (DRAE). Pero si expresamos posteriormente marido o mujer, la función de ex pasa a ser adjetiva de ambos términos: “1. adj. Que fue y ha dejado de serlo. Ex ministro, ex marido” (DRAE). Luego debe escribirse separado del sustantivo al que acompaña. Por tanto, escribir ex novia es lo correcto.

Autor: Mariano Valcárcel González

Decir que entré en SAFA Úbeda a los 4 años y salí a los 19 ya es bastante. Que terminé Magisterio en el 70 me identifica con una promoción concreta, así como que pasé también por FP - delineación. Y luego de cabeza al trabajo del que me jubilé en el 2011. Maestro de escuela, sí.

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