Despedida del CEIP «Sericícola»

01-07-2009.
Queridos compañeros y amigos:
Cuando resolví ir en busca de un tesoro, nunca imaginé que llegaría a trabajar en una tienda de cristales… Del mismo modo, el hecho de que me encuentre en esta caravana en medio del desierto puede ser una decisión mía, pero el curso que tomará será siempre un misterio.
(El alquimista, de Paulo Coelho).

Así reflexionaba el joven pastor andaluz, personaje principal de la novela El alquimista, acerca del devenir de su vida y sobre los misterios que se encierran cuando se toman decisiones.
Él se daba cuenta de que las decisiones son solamente el comienzo de algo y que, cuando se toma una decisión, uno se zambulle en una poderosa corriente que irremisiblemente te lleva hasta lugares y situaciones que jamás hubieras soñado en el momento de decidirte.
Así sucede siempre en nuestra vida.
Todavía recuerdo cuando, muy joven, cogí de madrugada, en aquella gélida estación, el tren que me llevaría a mi nuevo destino: El Puerto de Santa María. Y me veo perdido, cargado con mi maleta atada con una correa, recorriendo sus calles, preguntando a las pocas personas que encontré dónde estaba el colegio de los jesuitas.
Jamás pensé que aquel enorme edificio, que estaba abierto a la recoleta plaza del Ave María, iba a ser el lugar donde iba a vivir y donde iba a dar mis primeros pasos en la tarea de ser maestro de escuela.
Aquella primera decisión se convirtió en una pequeña caja de sorpresas que, al abrirla, desveló los misterios que llevaba escondidos: primeros compañeros de trabajo, nuevas amistades, retos y dificultades que la tarea escolar me ponía delante a diario, descubrir la luz y el calor de la ciudad, la alegría de sus gentes, el verdor de sus pinares, su mar y la finura de la arena de sus playas. ¡Todo un misterio para alguien que venía de una ciudad del interior!
Otras decisiones tomadas a lo largo de mi vida me han ido deparando nuevas sorpresas y me han ido desvelando nuevos misterios.
¿Cómo iba a pensar que iba a dar clase en un lugar donde antes se cultivaban gusanos de seda, para fabricar mallas doradas para las botellas del brandy Centenario Terry?
¿Quién podría imaginar que en este colegio iba a ser maestro de hijos e hijas de antiguos alumnos del colegio de los jesuitas?
¿Quién me iba a decir que en esta barriada de El Tejar, donde tuve mi primera vivienda, donde conocí a Mari Tere, mi esposa, y en la que han nacido mis hijos, iba a desempeñar mi labor docente durante más de trece años? ¡Misterios y sorpresas que la vida lleva escondidos!
Ahora he tomado otra decisión. Voy a desempeñar mi trabajo como docente en otro centro. Dejo mi colegio Sericícola, como el joven pastor dejó su rebaño de ovejas y la tienda de cristales que encontró en el camino; y me encuentro como el pastor en la caravana que me llevará al nuevo destino. Pero el curso que tomará será siempre un nuevo misterio.
Tengo ilusión y esperanza y confío en las palabras del viejo rey: Cuando deseas alguna cosa, todo el Universo conspira para que puedas realizarla.
Que así sea.
Os agradezco vuestra amistad, vuestra ayuda en los momentos difíciles y la paciencia que habéis tenido conmigo. Y no os digo adiós, sino hasta siempre.
¡GRACIAS!

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