No hay nada mejor que dialogarse un café con los amigos y poder descargar el estrés que padezco después de estos tres meses y pico de jubilación. ¡Pero si estoy más ocupao que antes! ¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones de Navidad…! (Eso sí, la fecha de inicio la pongo yo, sin preocuparme de en qué cae el 23…).
Hablando de Navidad…, desde aquí quiero llamar al corazón de los socios (y socias) para que se “asomen” a este Rincón, aunque sólo sea para saludar y desear felices fiestas. Ya lo están haciendo algunos y os confieso la alegría que siento por saber algo de los compañeros. Así que, volved a esta nuestra Casa, aunque sólo sea en Navidad.
Participaros que Manuel Jurado nos manda a todos un abrazo gordo y nos dice que se está recuperando de este segundo “achuchón” coronario. Desde aquí nuestro ánimo navideño más cariñoso.
Ya me estaba cansando de tanta literatura enlatá y tanto archivo bonico y tanta poesía de los años 80 como nos ponía el Presi a falta de otra cosa, porque estábamos tan ocupaos que no podíamos escribir algo de hoy pa los amigos. Tenemos que despertar este Café, que ideara Pepe del Moral, y hacerlo, de verdad, punto de cálido encuentro humano. Por la capacidad del local no os preocupéis, que si hay que hacer reforma por ampliación, pues se hace.
Entrad en el Foro y participad en la lotería, que este año nos acompaña la suerte del tío de la calva. Que no diga nadie luego que no le avisamos. Mandad un mensaje (o por teléfono) a José M.ª Berzosa. Y si tenéis alguna duda sobre el funcionamiento del Foro, dirigíos a Pepe Aranda, quien, con paciencia de maestro de infantil, resolverá vuestras dudas (sin duda).
Por cierto, Berzosa, ¿cuándo vas a entrar tú en el Rincón del Café? Lo digo pa que te invites unas mansanillas en este día de fiesta…
Respuesta:
Después de cuatro años entrando y saliendo en nuestros textos, he llegado al convencimiento de que es mejor que esté discretamente callado, para no parecer un «manipulador» de la opinión de nuestro entorno. Yo soy un presidente servidor. Estoy a vuestro servicio. Y la mejor forma de parecerlo es hablar lo justo. Y esta es una de esas justas ocasiones. Enrique, te quiero mucho. (¿Eso es lo que esperabas que te escribiera?). Pues también quiero a tu hermano Rafael, aunque no sea de tu ideología. (¿Ves como sé en qué terreno me muevo?). Nuestra Asociación debe superar las erróneas perspectivas partidistas y, aunque mi «hermano» o mi «cuñada» posean sentimientos ideológicos distintos al mío, por encima de todo tiene que estar nuestra familiar e íntima referencia. ¿Estás de acuerdo? Creo que sí, porque tú y tu hermano os lleváis bien hasta el infinito.