12-04-2008.
Ha llegado uno de tantos correos, de esos bienintencionados que, sin embargo, es portavoz de la ideología más reaccionaria e integrista, nacida en los nidos de USA.
Yo no me pararía en ello ‑de hecho los elimino casi de inmediato en cuanto me llegan‑, si no le encontrase a este mensaje una cruel mala leche y un pensamiento tan reaccionario que ‑de hacerse realidad, de aplicarse‑ la pérdida de libertad y de elección, la vuelta a los tiempos oscuros sería irremediable. O el imperio de las sectas y de la idiotez, como se ve, es casi normal en dicho país (y con algunas consecuencias, como las de estos días, conocidas en Texas).
Aparentemente defiende una educación de la infancia, unas actitudes en las escuelas con las que podríamos estar de acuerdo bastantes maestros y maestras, vistos los resultados actuales y los problemas que se padecen. Pero lo remite todo al supuesto abandono en que nos tiene Dios (Dios está profundamente triste) y, lógicamente, se nos ha enfadado y nos niega Su Bendición.
Es curioso que se defina este panfleto y su origen en una respuesta sumamente profunda y llena de sabiduría de una tal Anne Gram que no sé quién será ni los méritos que tiene.
Para que se note tal sabiduría, deduce siempre los castigos correspondientes a quienes osaron rebelarse contra las bíblicas enseñanzas; por ejemplo:
Cuando Madeleine Murria O’Hare se quejó del rezo en las escuelas, la consecuencia es que murió asesinada y se tardó en encontrar su cuerpo.¡CASTIGO DE DIOS!
El Doctor Benjamín Spak prohibió el castigo físico de los hijos, para que no sufriesen en su autoestima; en consecuencia, su hijo se suicidó.¡CASTIGO DE DIOS!
Y va enlazando cuestiones educativas con el aborto libre, la pornografía y las perversiones como la difusión de la pederastia, la producción y emisión de programas de TV y películas de tema profano, con sexo explícito, violentas…
Como hemos tirado a Dios a la basura, caminamos ciertamente a la destrucción del mundo. ¡CUÁNTOS CASTIGOS DIVINOS NOS ESTAMOS GANANDO POR TANTA PERVERSIÓN ACUMULADA!
Dice quien es autor de tal engendro que se ha tenido que plantear estos temas ‑que te van a poner a pensar‑ sobre todo a raíz del 11S. O sea, que interpreta la acción suicida y criminal de dicho día como consecuencia inevitable de tanto pecado y de tanta perversión e iniquidad (palabreja que adoran estos predicadores).
Si llevamos hasta su extremo tal interpretación, habremos de deducir que lo del 11S no fue más que algo que debía pasar; algo que esas personas, tantas, se merecían; algo que USA en particular y el mundo en general nos merecíamos (¿también, pues, los del 11M de Madrid?); y que, en realidad, sus ejecutores no serían criminales sino los instrumentos de los deseos de venganza de Dios; por lo tanto, esos sujetos no serían criminales, sino ángeles vengadores: santos.
Como vemos, los extremos se justifican por todas partes.
Es cierto que, aparentemente, desde esta perspectiva, como no se siguen las enseñanzas de la Biblia al dedillo, pues nuestros niños se educan y crecen sin medida ni freno; no tienen conciencia; no discriminan el bien del mal (de ahí los asesinatos en las escuelas);hacemos más caso a la prensa que a la Biblia: recogemos, por lo tanto, lo que habíamos sembrado… Es cierto; pero este panfleto no habla nada de la proliferación de las armas de fuego en USA y de su descontrol; no, de las obligaciones familiares como primer entorno educativo; nada habla del capitalismo salvaje y sus tremendas consecuencias de egoísmo desmedido como motivo de triunfo; ni nos cita las perversiones que se descubren, en primer lugar, entre sectas e iglesias establecidas (que se suponen siguen los dictados bíblicos)…
No se puede pretender, como dice esa presentación integrista, que Dios nos castiga porque lo hemos olvidado, abandonado, despreciado, excluido… Eso es tan falso como todo el montaje integrista. Lo real debiera ser lo que se denuncia, quiero decir, que “su” religión (o religiones) esté fuera de los colegios y otros organismos públicos, porque esté en los corazones de las personas, en sus asambleas, ritos, escuelas, parroquias y comunidades: ahí deben estar las religiones y, sobre todo, en las obras y en el ejemplo de los que se dicen tan religiosos.
Para concluir, yo termino con su dardo envenenado, con su total chantaje hacia la conciencia de la persona, contra su credulidad y libertad:
Reenvíalo si crees que vale la pena. Si no, descártalo… “nadie” sabrá lo que hiciste.
Y lo remachan con un hipócrita y amenazador Dios te bendiga, interpretable sin duda en “te maldiga”, si no haces lo que te indican.
Creo que va siendo hora de que nos planteemos ciertas cosas: la oportunidad de enviar y difundir estos panfletos demagógicos, por muy aparente buena voluntad que tengan y posible beneficio que se nos pretenda hacer a los receptores. Debemos pensar: creo que somos capaces. Por mi parte, a mí que no pretenda salvarme nadie, que ya lo intentaré yo por mis medios.