Uno pensaba que el pijo-rojo quizás fuera una especie ornitológica de la familia del “ayayay” o del “uyuyuy”, pájaros que habitan en las Montañas Rocosas y que tienen en carne viva los genitales porque, al aterrizar ‑debido al gran tamaño de los mismos‑, los arrastran por los peñascos, al tiempo que emiten un grito lastimero característico. ¡De ahí su nombre!
También pensé que se podría tratar de algún familiar del pájaro carpintero, al que las gentes de la Sierra de Segura llaman pica-pinos; o de una especie migratoria como el flamenco, el cuco y la cigüeña; o de avecillas tropicales como el loro, el periquito o la cacatúa moñuda.