19-10-07.
Hace unos días, pedía perdón por mi silencio. También decía que el correo electrónico de nuestro querido José M.ª se había convertido en un cordón umbilical del que no quería separarme y hoy, al abrir el correo, después del fin de semana en ayuna de ordenador, me encuentro con ocho correos de nuestro “presi”. La primera intención fue no abrirlos; pero me llamó la atención el título FUNCIONES DEL MAESTRO.