Al son del museo

01-08-07.
Acabo de asistir a un magno y, a la vez, sencillo espectáculo que el Museo Arqueológico de Úbedaha venido a regalarnos a todos los asistentes en esta calurosa noche de julio. Renuente yo ante el flamenco, por mi despego y escaso conocimiento al respecto, en verdad que he quedado prendado, pues los cinco palos ofrecidos han sido un menú exquisito del que hemos quedado incluso faltos…

Así ha quedado demostrado, una vez más, que el premio Chache otorgado por los lectores de Úbeda Información ha sido muy acertado, pues el cúmulo de actividades que organizan al alimón su director, José Luis Latorre Bonachera, y la intrépida y dinámica conservadora del museo, M.ª del Mar Capel García, avalan y piden que este museo ‑con los bríos que está tomando‑ se haya quedado pequeño en su dimensión física, que no cultural y emprendedora; por lo que desde aquí reivindico para nuestra ciudad, tan magnánima y patrimonial, tan capital de La Loma y puntera en actos culturales, un museo más amplio, un edificio más grande ‑de más fácil acceso‑ y que esté más en consonancia con el empaque que nuestra ciudad tiene. No hubiera estado mal que la pasada Corporación Municipal hubiese ubicado en el palacio Don Luis de la Cueva nuestro Museo Arqueológico, pues es lo que en realidad nuestra Úbeda necesita. «Rectificar es de sabios». Bueno sería que la Nueva Corporación tomara esto en cuenta y lo llevara a buen término. Nos alegraríamos todos y en especial los miles de visitantes, paisanos y foráneos, que se deleitarían con un espacio más acorde con las dimensiones culturales y de piezas que nuestro Museo Arqueológico posee.
Este espectáculo flamenco, con música, cante y baile interrelacionado con las piezas del museo, que se iban proyectando en una pantalla a la espalda de los intérpretes, en verdad que impactó a los presentes. Si ya las introductoras palabras de su director, José Luis Latorre Bonachera, nos pusieron la miel en los labios sobre las actividades realizadas y futuras, y con su expreso agradecimiento por el premio Chache concedido por los lectores de Úbeda Información; M.ª del Mar Capel García, como Conservadora del Museo y auténtico gurú de la actividad, nos puso al día en los cinco palos del flamenco que los intérpretes nos regalaron, palpando la conexión que todos ellos tienen con el propio museo. La tierna Granaína con la madre/mujer; las desenfadas Alegrías con el vino, el aceite y el trigo; los frescos y luminosos Fandangos de Huelva con el agua y la luz; la triste Farruca con la muerte y, por último, el esplendor y la alegre fuerza de la Bulería sirvió de colofón, y resumen, al ir mostrando en imágenes cómo se fue haciendo, construyendo y mejorando ‑hasta nuestros días‑ la Casa Mudéjar, joya arquitectónica de nuestro sin par barrio de San Pablo, con sus típicas callejas moras cobijándola.
Con rasgos de maestría y sentimiento, el compositor e intérprete, Miguel Ángel Moral Reyes nos hizo alcanzar el auténtico embrujo flamenco, que fue completado con las alegres y bien timbradas palmas de Rosa Valera y Vicente Fernández, siendo éste último, el animador vocal e intrépido bailarín de la última pieza: Bulería, con una fuerza, con un sentimiento, con una ilusión dignas de encomio. La voz del joven cantaor Dani de Utrera ayudó a completar el cuadro flamenco que tuvimos la suerte de degustar ante nuestros atónitos ojos… El ritmo, mediante la percusión, lo marcó Pedro Gea. La iluminación y el sonido, de Sonoube, fueron extraordinarios, pues una tenue luz cenital nos envolvió a todos los asistentes e hizo que captásemos la completa y exhaustiva proyección del audiovisual elaborado por La Séptima Estación.
No faltaron Teleúbeda ni los medios de comunicación periodísticos, que no quisieron perderse el momento ni el lugar, tan singulares ‑en este tórrido verano que nos amansa‑, con estos espectáculos lúdicos, culturales y musicales que nos sirven de encuentro no sólo con las bellas artes sino con amigos y conocidos en un entorno tan propicio para sentir emociones, vivencias, recuerdos y sensaciones que sólo la música, la palabra y la imagen, un trío bien conjuntado por el bien hacer de todos los anteriormente descritos, conforman. Dicho conjunto provoca en el espectador esa paz, esa armonía y ese sosiego que se agradece de veras en este agitado mundo en que diariamente nos desenvolvemos.
¡¡Enhorabuena a todos y muchas gracias!! Esperamos y deseamos que se sigan repitiendo estas actividades que hacen de nuestro museo local el puntero entre todos los museos andaluces, dándole un empaque y un caché de altura. El que ‑ni más ni menos‑ se merece nuestra noble y señorial ciudad…
Úbeda, 13 de julio de 2007.

Deja una respuesta