Entrar en la selva

14-07-07.
ENTRAR EN LA SELVA ERA COMO TRASPASAR la puerta
de un palacio de antigüedades. El lujo de los festones húmedos
del vapor de los helechos, la lujuria
de los apetecibles frutos venenosos sobre almohadones
de maleza, la desnudez de los ofidios que observan cómo
el intruso profana el ámbito secreto de la vida vegetal,

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