Hace poco más de un mes hicimos un viaje de varios días a Roma.
Tras llegar al aeropuerto y al hotel, nos dispusimos a callejear con el deseo de embebecernos con esta ciudad única. (Teníamos auténtica hambre de Roma). Y así lo hicimos, recreándonos en la Fontana di Trevi, en la Plaza de España o en la monumental Plaza de Venecia. Y para concluir la tarde-noche, una cena agradable en una trattoría próxima a la Fontana. Feliz jornada.