25-01-07.![](https://aasafaubeda.com/nueva/wp-content/uploads/2006/06/mjl.jpg)
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CAYERON TORRENCIALES UVAS SOLARES EN la llanura, un diluvio
de vino rojo fue suficiente para inundar los valles,
las laderas, arrasar los campos de caña y subir las primerascumbres aún no redondeadas por los besos furiosos
del viento. Uvas de oro y canela para embriagar los corazones indefensos. El tiempo se contaba entre incendiosy floraciones, entre diluvios y sequías. El mundo sólo
pertenecía al mundo, que se envolvía en mantos
de selva, desiertos, bosques de durazneros, hondonadas
y fuego de dragones. Nadie era de nadie y la tierra a veces
era hostil y otras generosa y en ocasiones débil, igual
que el corazón de una niña enferma. Hasta las cordilleras