18-01-07.
El árbol solo y seco.
La mujer como un leño
de viudez sobre el lecho.
El odio, sin remedio.
¿Y la juventud ?
La mujer como un leño
de viudez sobre el lecho.
El odio, sin remedio.
¿Y la juventud ?
En aquellas etapas, lecciones vivas de miedos, muerte y odios, los chiquillos de la escuela, en vez de caballos, perros y pájaros, pintarrajeaban sus cuadernos de yugos y flechas, hoces y martillos. Y a veces, pelotones de fusilamiento signados con los nombres de sus vecinos…
Tras la contienda, ¡cuánta tinta y celuloide se gastó sobre los niños de la guerra! Todos eran niños de la guerra. ¡Y muchos todavía son un poco niños de la guerra! Burguillos no tuvo que hacer colas, sucio y harapiento, para recibir en una lata un cazo de bazofia. Y tampoco en casa recibió un odio cordial. Sus padres, situados en la derecha por su modesta posición, y por supervivencia, nunca en nada, sin duda por carácter, fueron extremistas.