Versos sembrados, 2

18-06-2008.
30
 
Crónica ‑ 2: Historias de Poli

 

1
¿Por qué estás triste si existe la esperanza?
¿Por qué te destruyes si en ti fluye la vida?
¿Por qué no vives tu fuego y mi silencio?

 

¿Por qué no me arrastras contigo adonde está tu mar?
Recuerda a Penélope en la orilla
y dame el amor que te redima.
2
«Te pondré un poco de miel en tus ojos
para que tu mirada sea dulce y curativa
y en los labios, claveles de fiesta,
y un poquito de sal para los dedos,
y en tu vientre…».
 
3
«Pescador, pescador,
que vas al mar
sin bañador.
En la barca de Poli
dicen que hay una sirenita.
¡Caray!, ¡caray!».
4
Nadie se marcha del todo;
algo de ti permanece
y está en el mismo sitio,
esperándote al volver.
«La victoria del tiempo. Siempre el tiempo
calentando de nuevo los motores».
 
31
 
Crónica ‑ 4: Jechu y Picón
1.
«Moldearé mis manos en gaviota libre,
y arrancaré del barro mis quimeras,
y subiré a
San Juan con
el favor del viento,
y volaré sobre las casas viejas».
Quizás mañana, acaso un farol desconocido
me encienda otra vez más
la noche, el alba, la fiebre de la piel,
la risa en marcha
jugando a no morir. El mar que pasa.
2.
Iba yo, siendo carne de niño,
amasando las sonrisas inocentes de los niños,
iba solo en la noche de los Magos
con el sueño acostado en mi almohada,
iba yo masticando los gerundios de una infancia…
pero los hombres… ¡siempre los hombres!
me apretaban y pisaban.
 
3.
«Vuela, pájaro libre,
sé gaviota en el mar
y ruiseñor en tu rama;
cometa azul, pajarillo,
¡busca también tu galaxia!
Picón voló libre
a buscar su galaxia,
respondió la sierra
desde su atalaya».
 
Epílogo (*)
Vietnam, Navidad, Biafra,
niños en cueros. Diciembre.
Veinticinco, veintisiete,
nuevos Herodes. Pesebres
entre rascacielos. Hambres.
Pistolas entre tus pajas,
electrones, gas, misiles,
dólar, chalé, percentiles
de la cuenta capital…
Y no volveremos más.
Cueva, robot, villancicos
entre vientres de aluminio,
risas y máscaras. Luces,
torturas de panes duros,
radiaciones, láser, cruces,
estadísticas de muerte,
tierra secana terrestre,
Magos en el «ovni» blanco,
compañeros de metal…
y no volveremos más.
Niño. Poeta. Pesebres.
Nicaragua. Reagan. Paz

hecha
a pedazos. Silencio
disfrazado de amistad.
Veinticinco, veintisiete,
sueño con nieve. Portal…
Y no volveremos más.
 
32
Crónica ‑ 15: Ritual de Hilario de Sousa
Publicado en Boca Bilingüe. Lisboa, 1991.
Con ¡Ilustraciones de Rosendo.
Otra vez con los nombres. ¿Hilario de Sousa? Pues nada de misterio. Estaba yo en Lisboa y se me ocurrió esta crónica. Y me inventé este nombre para que el título diera mis iniciales R.H.S. Así de sencillo.
La revista Boca Bilingüe se publicaba en el Instituto Español, cuando ‑por esas fechas‑ yo era el Jefe de Estudios. Azarujinha es una playa muy recoleta de San Joao de Estoril, en donde yo vivía. Todos los días, después de aquella crisis cardiaca, me bebía todos los atardeceres de Cascais –abajo, arriba‑ con mis zapatillas nuevas y un chándal de algodón comprado en la Boca do Inferno.
Por fin el sueño vence
el perfil patizambo, la quimera
que nos hizo sentirnos circulares
en el musgo cañí de Azarujinha.
 
Colección Kalendas
El conjunto de artículos de Kalendas es, si se me permite opinar, una buena muestra de cómo en el periodismo se puede unir reflexión con estilo y profundidad de pensamiento con «levedad» divulgativa. Además, tenía yo mucho interés en hacer una serie periodística sobre el tiempo. Y me afané en los meses, en las estaciones del año y en los días de la semana.
Kalendas es una serie entre la filosofía y la literatura. Forma y contenido tienen aquí un maridaje bien avenido. Hay de todo: juego de palabras (marzo ‑ julio), memoria perdida (enero), agonía (febrero), destino (mayo ‑ junio), vida cotidiana (diciembre)…
No todos los meses tienen su poema. Se quedan sin él abril, septiembre y noviembre, y no me preguntéis por qué…; aunque quedaron redimidos por los de las estaciones de primavera y otoño. Son poemas muy breves que, como en las Crónicas, están al servicio del artículo y en él se llenan de sentido. Con algunos artículos de Kalendas nos veremos las caras en la prosa poética.
Toda la colección de los meses y estaciones fue publicada en Ideal. Pero los días se atragantaron. Envié los correspondientes al lunes y al martes… y me fueron devueltos. La ruptura con Ideal se masticaba. No, no os la voy a contar, pero se escandalizarían. Hasta el obispo metió mano. Estos poemillas fueron publicados en los años 89‑91.
Pero, insisto, son sólo apéndices del artículo periodístico; de ahí su voluntaria brevedad. La serie termina con un soneto (para mí bellísimo y profundo) que, con el nombre de “Anuario”, resume toda esa filosofía del tiempo, en definitiva, de la vida.

 

 


 

(*) El Epílogo de este poema fue publicado en el Jaén, Suplemento de Navidad.

 

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