Una anhelada visita

Es una mañana luminosa y algo fresca, en la Úbeda agosteña que estamos disfrutando, cuando la calor nos ha dado una pequeña tregua, por eso bajamos (mi buen amigo Eduardo Jiménez Torres y yo), a la Galería Anú, sita en el número 20 de la calle Valencia, que sigue conservando ese aire rural y bucólico que tanto le caracterizan, en donde nos vamos a encontrar con la amabilidad, la alegría y el original arte de un artista plástico Raheem Al-Mashayekhi, que está restaurando la casa con sumo tacto, dándole el toque antiguo alfarero que siempre tuvo, además de ser escultor, pintor, ceramista y grabador, entre las muchas habilidades que domina a la perfección, y que ha sido trasplantado milagrosamente (por avatares de la vida) de la antigua Mesopotamia sumeria a nuestra simpar ciudad gracias a unos espíritus benignos…


Eduardo nos presenta mutuamente y, desde entonces, fluye un no sé qué positivo y cordial entre nosotros que hace sentirnos a gusto y tutearnos cual si fuésemos amigos de toda la vida, haciéndole yo muchas preguntas que asaltan mi mente por la admiración y sorpresa que desde ese momento siento por él, como artista y persona empática que entiende a la perfección a todo visitante que llega a su casa.


Mientras nos bajamos del coche acaba de llegar una familia de turistas (los padres y la parejita de hijos) de Barcelona que quedan admirados de todo cuanto ven y oyen, fotografiando e incluso grabando nuestras conversaciones; aún más cuando bajamos al sótano y el artista va mostrándonos sus múltiples bocetos o maquetas de barro en ciernes, comentando concienzudamente todos sus proyectos artísticos que le encargan desde diferentes partes del mundo. Nos llama la atención, especialmente, el busto en barro de Eduardo Jiménez Torres que preside regiamente la estancia y que es el centro de las miradas de todos los allí presentes corroborando el parecido exacto que guarda con el original y al que solo le falta completarlo con una hora de posado intenso, pues el busto, hecho de arcilla, se agrieta y resquebraja por momentos por el calor ambiental. Tiene mucho mérito, pues lo ha hecho Rahemm sacándolo de fotografías en blanco y negro que andan esparcidas por su mesa y panel de trabajo. Parece como si este destacado artista se haya fijado en la persona ubetense más idónea o adecuada para representar e inmortalizar al periodista entregado toda la vida en informar y desvelarnos secretos de la Úbeda que tanto ama, siendo safista de pro, gran semanasantero, destacado promotor de las más rancias tradiciones ubetenses que ha sabido rescatar para que el olvido no haga presa para siempre de ellas, acumulando, en definitiva, historia genuina ubetense a raudales en su piso-museo de la calle Esquina cortijos, etc.


Este busto es un primer proyecto que tiene Raheem para Eduardo y nuestra ciudad y que -con el tiempo- quiere culminar con una escultura de cuerpo entero que ya el ayuntamiento ubetense de turno buscará el lugar más adecuado para su ubicación de manera que todo el que la vea quede enterado y admirado de este personaje simpar que tanto ama a su tierra y que ha sido inmortalizado por nuestro escritor universal, Antonio Muñoz Molina, como Lorencito Quesada en su libro Los misterios de Madrid.


Es digno de alabar que un iraquí, licenciado en Bellas Artes en Bagdad, en el curso 1990-91, sea miembro de la Asociación y Unión de Artistas de Iraq y de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y que tenga en su haber once exposiciones personales en distintas galerías de Jordania y España y dieciocho exposiciones colectivas en Iraq y España, con una escultura monumento en el Parque Norte más que resaltable; y que ya en 1992 saliera hacia Jordania y otros países para recalar en España en mayo de 1995. Tras su paso por Málaga fijó su residencia en nuestra ciudad, Patrimonio de Humanidad, después del internamiento forzoso de la Covid de 2019, ya que su esposa echaba de menos a sus padres y su querida ciudad natal; por ello, su buen corazón y vista artística y comercial le hicieron enamorarse de nuestra Ciudad de los Cerros y fijar aquí su residencia permanente.
Tiene muchos y sustanciosos proyectos, además de las experiencias acumuladas de treinta y cinco años de destacada profesionalidad y no tiene todo el tiempo que desearía para culminar sus múltiples ideas, aunque no cesa en el empeño, pues está siempre muy ocupado con su arte y la casa que compró y está restaurando con auténtico sabor antiguo, instalando una galería en la que exponen otros artistas a los que ayuda solidariamente, buscando horas sin descanso todos los fines de semana para laborar y crear el arte que sus manos e inteligencia le proporcionan sobradamente…
Yo le echo muchas fotos de sus realizaciones y proyectos y de su persona con Eduardo; y luego él me envía por WhatsApp muchas más, aclarándomelas y explicándome sus acertados títulos: Mandamientos, El sueño, Al-Andalus, Literas y oro, El Ángel de las letras. El Gallo del emperador… La que hemos bajado a ver es el mencionado busto de Eduardo Jiménez Torres que se convertirá en escultura de cuerpo entero en su día, siendo éste, en principio, un proyecto recién nacido ya que el periodista Eduardo Jiménez Torres ha conquistado el corazón y el arte de este artista-artesano iraquí, Raheem Al-Mashayekhi, de la calle Valencia, nunca mejor sitio para crear y soñar.


Raheem es un artista sumerio venido de Irak para poner en valor a nuestro amigo Eduardo Jiménez Torres, además de crear y exportar sus excelentes trabajos artísticos que llevan su marchamo indeleble. Buen ejemplo a seguir por los ubetenses: alguien tiene que venir de fuera para abrirnos los ojos y decirnos dónde se encuentra la valía personal de un periodista todo terreno…
Es un fidedigno retrato de Eduardo Jiménez Torres, nacido de la mano de un escultor sumerio descollante y atrevido que va dejando huella en nuestra ciudad y su comarca, como la va exportando a otros lugares del mundo y cuya historia irá escribiendo con sus loables y atrevidos trabajos en nuestra ciudad y con diversas exposiciones destacadas.


¡Bienvenido seas, Raheem Al-Mashayekhi, a nuestra ciudad, pues tanto tú como Úbeda os vais a ir enriqueciendo mutuamente conforme más os conozcáis y améis!
Úbeda, 17 de agosto de 2023.
Fernando Sánchez Resa

Deja una respuesta