Es viernes, tres de junio, y, desde que amanece tengo en mente una cita obligada en la Safa de Úbeda (Jaén), como antiguo alumno, que no me quiero perder; y más, después de dos de años de parón, por culpa de la pandemia de la Covid.
No podré marchar por la mañana sino que lo haré por la tarde, una vez recogidos mis nietos de sus labores escolares, pues ellos desean vivamente ir conmigo a Úbeda, a la que nombran frecuentemente con arrobo y veneración encomiables.
Son más de las seis de la tarde cuando emprendemos el viaje -que durará tres horas-, mientras Abel y Saúl van admirando el paisaje soleado, en el que nos encontramos algunas deshilachadas nubes y muchos camiones, que ellos van contando por puro entretenimiento infantil; aunque su paciencia se acaba por momentos y quieren que hagamos alguna que otra parada; lo que hacemos para templar los nervios… Nos salva que ambos se duermen pronto y nos metemos tranquilamente en la Ciudad de los Cerros, sintiendo gran contento, aunque comprendiendo que la reunión de la tarde y el tapeo por Úbeda me los he perdido irremisiblemente. Al día siguiente, me resarciré como sea…
Ha llegado el glorioso sábado en el que estamos citados todos los antiguos alumnos de la Safa de Úbeda, en la casa madre, para comenzar el día con la santa misa, antesala de Pentecostés, en la iglesia de los jesuitas, con el fin de agradecer tantos favores recibidos, además de saludarnos y abrazarnos que ya se puede; y sin mascarilla…
Acudo al templo del colegio acompañado de mis nietos y su madre, quedando ellos admirados de su grandeza y magnificencia, aunque luego se marchan para seguir pateando la preciosa ciudad que tienen la suerte de disfrutar. Allí, la asistencia media la basílica, mientras otros antiguos alumnos deciden no asistir y esperar afuera charlando hasta que lleguen las fotos por cursos o generalizada.
Oficia la misa Miguel Lendínez Talavera, como párroco de la Parroquia de san Juan Bautista de Úbeda, que nos comunica que ha sido antiguo alumno de este colegio y que nota la falta de los compañeros de su promoción y otras más recientes, problema que habrá de solucionar la Asociación de Antiguos Alumnos que nos ha convocado aquí. Su prédica versa sobre las tres negaciones de Pedro y las mismas preguntas de Jesús con disquisiciones entre querer y amar, además de recordar a los antiguos alumnos que ya no están, puesto que partieron a la casa del Padre…
Afuera nos esperan otros compañeros. Nos juntamos haciendo acopio de charlas, risas y abrazos para conmemorar que este encuentro sea memorable, una vez más, gracias a D. Francisco Bordés Ruiz y su grupo de incondicionales que nos lo brindan gratuitamente cada año desde 2013.
Estamos mucho rato charlando, riendo e intercambiando informaciones y anécdotas, mientras los fotógrafos aficionados o profesionales hacen su agosto echando mil y una fotos para inmortalizar esos momentos sublimes. Eduardo Jiménez Torres, eterno periodista y safista de pro, no se queda atrás y, micrófono en mano, va al asalto de los antiguos alumnos más destacados para entrevistarlos y sacar de ellos el máximo jugo informativo que el proverbial momento le brinda…
Tras varios avisos (como en la fiesta de los toros), nos vamos congregando todos mansamente y sin parar de charlar, como si nos faltase tiempo para ello, en el salón de actos, en donde la organización nos tiene preparado un interesante acto institucional, con intervenciones de altura literaria y emocional encomiables, tanto por las autoridades presentes, como por tres alumnos destacados de las promociones de egresados que cumplen 50 años, así como el “clausurador” del acto y los dos personajes que expresarán los agradecimientos pertinentes.
Presenta el acto con el desparpajo, la seguridad y la sapiencia que le caracteriza, un conspicuo e incansable animador de la Safa ubetense y la cultura, avezado en estas lides: D. Pedro Mora Figueroa, villanovense de pro que lleva mucho tiempo en Zaragoza, viviendo y engrandeciendo a los maños que tanto ama y le quieren.
Recuerda los tiempos de pandemia y la guerra de Ucrania y hace un canto al poder de los Antiguos Alumnos de la Safa y a su gratitud inconmensurable.
Nos presenta a la mesa presidencial, de izquierda a derecha, desde el público: la alcaldesa de Úbeda, Dª Antonia Olivares Martínez (quien nos abandonará pronto por tener otros compromisos); Dª María Martínez Urbano, gerente Safa Úbeda; D. Juan Manuel García Linares, subdirector Fundación Safa en Sevilla; D. Francisco Bordés Ruiz, presidente de la Coordinadora de AA.AA. SAFA; y D. José Luis Rodríguez Sánchez, presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio de la Safa de Úbeda (AAMSU).
La alcaldesa se disculpa por su quebrada voz, debida a la alergia al estar en un “mar de olivos”…, mientras saluda a sus compañeros de mesa y al público, en general, remarcando su agradecimiento a esas buenas personas (el Padre Villoslada entre otras) que hicieron posible la creación de estas Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (Safa) tan unidas a Úbeda y viceversa. Con su discurso hace gala de buena oradora y cómo sabe vender nuestra ciudad, como buena pedagoga que es. Resalta que, en la pandemia, todos hemos perdido algo importante, haciendo mención expresa de la valía y gran pérdida de nuestro buen amigo Manuel Martínez Molina. Nombra a Adela Tarifa como historiadora que ha resaltado la unión entre la Safa y el ayuntamiento de Úbeda. Y anima a todos a disfrutar de nuestra ciudad, Patrimonio de la Humanidad desde 2003; y más con el proyecto bomba, conjuntamente con el club de las 15 ciudades españolas patrimonio de la humanidad, en una noche sabatina de patrimonio interesantísima… Termina afirmando que la educación es el pasaporte para el futuro.
Su discurso es refrendado con cálidos y fuertes aplausos, como al resto de los intervinientes que le seguirán.
D. Pedro Mora Figueroa da las gracias a la alcaldesa por recordar a Úbeda y a nuestro querido y entrañable Manolo…; y presenta a Dª María Martínez Urbano, quien lee un corto discurso, en el que da la bienvenida a todos los compañeros de mesa y público asistente, animándolos a que disfruten del centro y del encuentro, pidiéndoles que mantengan la ilusión de seguir estando como en nuestra casa…
Toma la palabra nuevamente D. Pedro Mora, evocando bucólicamente su llegada a la Safa allá por 1955 y recordando las dificultades económicas para abrir el curso 1958-59, siendo la divina providencia quien proveería pagar 25 pesetas por alumno y día, que sumaban 800 pts. al mes, que era lo que ganaba un hombre de entonces. Por eso, afirma con rotundidad, que era una educación de colegio de ricos, pues allí se vivía como en las casas, en precario. Era sumamente importante adorar al Santísimo Sacramento para que las acciones del gestor Safa prosperaran. Éste ha sido uno de los motivos que nos marcan como safistas, haciendo un canto a la educación que recibimos todos los antiguos alumnos: un milagro de la épica…
D. Juan Manuel García Linares saluda a todos los compañeros de mesa y nos trae saludos del R.P. Enrique Gómez-Puig Gómez, Director General de Fundación y Patronato Safa y de la dirección desde Sevilla. Recuerda que no ha tenido la suerte de ser antiguo alumno Safa, pero sí ha sido profesor durante diez años. Rememora sus vivencias nada más pisar el patio de columnas. Nos habla de la misión educativa que siempre ha tenido esta institución recordando al Padre Espina, ya fallecido, y al Padre Villoslada. Hace un rápido análisis de las ocho provincias andaluzas en las que está incrustada Safa, haciendo hincapié en su especial presencia en el barrio pobre de los Pajaritos de Sevilla y en el colegio del Palo de Málaga que tienen alumnos con graves problemas de aprendizaje y vida.
Remarca el acierto del Padre Villoslada de hacer maestros de cualquier provincia en esta ciudad jienense; y de dar un medio de vida apostando por dotar de trabajo a las nuevas generaciones. Lee unas sabias palabras de Antonio Muñoz Molina, como antiguo alumno, que vienen como anillo al dedo, facilitando unos datos interesantes: que hay en toda Andalucía 4.000 alumnos de F.P., cursando 500 en este centro de Úbeda. Termina su discurso corroborando que es un honor y un privilegio ser alumno y/o profesor de la Safa.
El presentador nos habla de dos profesores muy queridos por los presentes, hoy ausentes, que nos han acompañado otros años en este día tan señalado: don Bernardo López Aparicio, que falleció en febrero de 2021 y D. Jaime Roselló, que tiene dificultades para venir desde Fuengirola, mientras el público aplaude efusivamente como muestra de cariño y agradecimiento a ambos.
Entonces, D. Pedro, pasa el testigo de la presentación a D. Luis Martínez Rueda, como colaborador indispensable de D. Francisco Bordés. Quien presenta a D. José Luis Rodríguez Sánchez, representante del 50 aniversario de Magisterio, leyendo su extenso y destacado currículo, siendo número 1 de su promoción y de otros estudios y tareas.
D. José Luis Rodríguez Sánchez hace un bello discurso de prosa poética, no demasiado largo, pero sí enjundioso y súper emotivo, contándonos en primera persona lo que sintió, tras volver a los 25 años a este centro, aspirando olores, sensaciones y recuerdos mientras buscaba su antigua aula que ya había sido demolida. Relata una lista de las viejas glorias que día a día nos formaron sin medios. Evoca su entrada en la iglesia y la visión del velón y el recuerdo de don Isaac cantando el Kyrie eleison… Recuerda también los postes de baloncesto con detalles de sus colores y observa los cambios del portón con las viviendas de la comunidad, notando la desaparición de la Granja y paseándose por la grada famosa del estadio, otra cesión de la Safa para que siguiese siendo Safa. Nada más entrar al Hospital de Santiago le viene a su memoria el olor a cloroformo, pues allí estuvo como enfermo varias veces… Habla del famoso carrillo de Paco, de los chatos a peseta… haciendo una recopilación o resumen de los interesantes escritos que está publicando en las webs de AAMSU y Recreo, que pronto formarán un preciado libro sobre sus vivencias en la Safa de Úbeda. Habla de las niñas de las Carmelitas y los saludos no correspondidos; del cine Ideal Cinema; de la iglesia de Santa María; el Salvador y el mirador. Rememora la inmensidad de olivos verde plateados y las sierras acuareladas; la Emparedada de la Casa de las Torres; la Cava, con su mirador cambiado y ya sin su cine de verano. Entre sus muchas confidencias se sincera contándonos cómo se colaba por las viviendas del profesorado, cuando no era cazado por el Padre Prefecto; del frío de la “Siberia” y de sus desaparecidas camaretas; aunque resalta que lo más importante fueron los vínculos de amistad que se formaron por aquel entonces y en tanto años de convivencia, rememorando también las antiguas comidas y todo lo que contaba cada cual en ellas. Anima, a venir sin falta, a esta primera semana de junio todos los años.
Aclara que sin la Safa él no hubiera tenido otra opción que ser minero o emigrante… No obstante, de lo que está más orgulloso es de ser maestro de la Safa…
Su discurso ha sido brillante, como no podía ser menos, siendo el nº uno de su promoción que bien lo avala…
D. Luis Martínez Rueda presenta a D. José Jesús Aranda González, sabioteño de pro, como representante de profesionales, Maestría 1972, que pasó siete años aquí, leyéndonos un apretado currículo en el que destaca como experto de las ondas y de los terremotos, aparte de otras cualidades que bien atesora, entre las que está sobre todo su empatía, formalidad y agradecimiento. De hecho -al poco de terminar este encuentro- todos tendremos a nuestra disposición todo el material audiovisual, fotográfico y literario en su página Recreo a golpe de un clic…
Pepe Aranda, como le gusta que le llamen los amigos, saluda a todos los presentes y a sus compañeros de promoción, recordando y leyendo los nombres de los que nos dejaron. Yo quedo impactado por uno de ellos: Pío Urbano Muñoz, antiguo amigo mío con quien hice la mili en Melilla… Manda abrazos a todos ellos y a los que no han podido venir.
Y entra en harina relatándonos la hazaña que hicieron teniendo 17 años, cuando contribuyeron con una carroza para la festividad de la Virgen de Guadalupe, ganando un segundo premio, con el torno que les dejó Juan Tito en 1972. Ahora, a los 50 años, tras una visita a su taller, él les ha regalado una alcuza para que sea rifada entre la promoción Maestría 1972.
Nos relata la hazaña de tomar un coche del desguace y con la ayuda de Pepe el Viejo hacer un montaje del mismo vehículo con el fin de aprender a conducir gratuitamente. Aunque funcionó en un principio, luego, la turbina se estropeó y tuvieron que desistir, por lo que fueron a una autoescuela de Úbeda, que los trató bien para sacarse el carnet de conducir.
También nos recuerda que hicieron varias obras de teatro, primero solamente con personajes masculinos, hasta que entraron las féminas en Magisterio y ya podían escoger obras más reales, por lo que buscaron su amistad e incluso se produjo algún matrimonio.
No podía faltar un recuerdo emocionado -como homenaje- a su gran amigo Manuel Martínez Molina… y a D. Bernardo. Remata su actuación haciendo mención a tres hijos predilectos que pasaron por aquí en 2016: Ignacio Escobosa Maeso (de Torreperogil); Antonio Lara Pozuelo (de Villanueva de Córdoba); y Juan Ramón Martínez Elvira (de Úbeda).
El presentador lee el currículo de la siguiente ponente: Dª María del Carmen Ruiz Ara, representante de Magisterio 1972, con su brillante expediente, siendo eterna colaboradora periodística, escritora y presidenta de la Cofradía de San Pedro. Recuerda a sus dos hijos en su crianza (ahora, abuela feliz de sus tres nietas) y con diversos pregones hechos al uso…
Ella toma la palabra para decir que va a dividir su intervención en dos partes. La primera se refiere a que hay fechas importantes y/o desapercibidas. Entre las primeras están las bodas de oro de nuestra promoción de magisterio (1969-1972), en las que se van agolpando nuestros recuerdos juveniles.
Refiere la frase que tiene en su WhatsApp “Que no nos falte la ilusión”; y que tengamos mucho ánimo y adelante, compañeros, añade. Es su tarjeta de visita como mujer vitalista y optimista…
Habla de las ilusiones que van cambiando con el tiempo. Cuando ella terminó magisterio quiso conocer los 101 pueblos de la provincia de Jaén que se han quedado en 97 con algunas refundiciones. Refiere que de maestra se entrega mucho pero se recibe más. Ella pide más vida para poder disfrutar de sus nietos y tener salud más tiempo.
Refiere a cómo se nombran los años cuando se va consiguiendo alcanzarlos, leyendo una lista de bodas hasta llegar a las de oro que celebramos hoy.
Trae a colación la canción de Rocío Dúrcal “Cómo han pasado los años…”
Y entra en la segunda parte de su discurso: ¡Qué mundo tan diferente tenemos hoy en día con respecto al tiempo en que nosotros nos educamos! Ella estudió el bachillerato en el IES San Juan de la Cruz, separada por sexos y actividades, hasta llegar a la Safa, tras superar sexto y reválida. Aquí encontró cultura y libertad. Nos recibieron con los brazos abiertos, incluso silbándonos cuando hacíamos gimnasia, cosa impensable hoy en día… Teníamos 14 asignaturas por curso. Las prácticas escolares las realizó en El Alcázar con memoria final incluida y campamento en Alcalá la Real; además de tener la obligación de presentar una canastilla por el Servicio Social, requisito que se le exigía a toda mujer que tuviese entre 17 y 35 años.
Tiene un recuerdo emocionado de su recorrido profesional por pueblos y ciudades jienenses, remarcando los valores enseñados a los alumnos y el orgullo de haber estudiado en la Escuela de Magisterio de la Safa de Úbeda que le ha marcado y que lo llevará siempre con agrado y buen recuerdo.
Termina diciendo «Muchas gracias por escucharme» y grita un sonoro ¡Viva Safa!, que es respondido entusiásticamente por el público.
D. Pedro Mora vuelve a tomar la palabra recordando a un destacado ausente: Antonio Lara Pozuelo (una vez que ya se firmó la paz entre rostros pálidos y comanches, siendo ya canadienses todos) por tener trastornos propios de su edad, deseándole esté bien para próximos encuentros. Como ha mandado un soneto, como gran poeta que es, el presentador lo lee y el público lo aplaude, mientras D. Pedro Mora le dedica un aplauso y le dice que se mejore.
También expresa su agradecimiento a ambas organizaciones: la formal (de Magisterio) y la informal (de Antiguos Alumnos Safa) por ser impulsoras de este evento.
A continuación, pasa a presentar a D. Manuel Contreras Gallego, ilustre y ejemplar baezano enamorado de Úbeda, dando repaso a su sustancioso currículo, mientras nos hace una confidencia propia: que le gusta más improvisar sobre la marcha que leer un texto preparado…
El vicepresidente de AAMSU (AA.AA. MAGISTERIO SAFA-ÚBEDA) manda un recuerdo agradecido a Paco Bordés, a la gerente Safa Úbeda y a D. Juan Manuel García Linares, por la ayuda que recibió para cuadrar los horarios cuando fue Jefe de estudios de la Escuela de Magisterio…
Expresa que no ha sido antiguo alumno pero que ha estado muy implicado en la formación de AAMSU.
Decía Bernardo de Chartres (monje del siglo XII) que “somos como enanos a los hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no por la agudeza de nuestra vista ni por la altura de nuestro cuerpo, sino porque somos levantados por su gran altura”; lo que viene muy a pelo en actos como el de ahora…
Gracias a muchos antiguos alumnos y maestros gigantes sigue adelante nuestro afecto a esta institución en la que pasamos tan buenos ratos.
Mereció y merecerá la pena seguir apoyados en hombros de gigantes…; y aprovecha la ocasión para hacer un panegírico del Día del Antiguo Alumno., dando las gracias en nombre de todos ellos…
Pedro resalta y alaba los profusos estudios religiosos de un laico como Manuel Contreras y nos habla de Huarte de San Juan como psicólogo futuro. Termina diciendo «Te deseo muchos éxitos, Manuel».
Y antes de que Paco Bordés nos dé las gracias por todo, Pedro aprovecha la ocasión para presentar el libro de su paisano, Fernando Usero Cerdán, “SEVILLA Y LOS JESUITAS” que tiene dos partes: la primera, desde 1554, cuando Sevilla era la cuarta ciudad europea con 140.000 habitantes, hasta la expulsión de los jesuitas en 1767. La segunda parte es desde 1905 a 1956 refiriéndose al Colegio de Portaceli con los alumnos gratuitos, niños del padre Luque, y cuando se consideraba venir a Úbeda como el destierro… También comenta a Miguel de Cervantes que dedicó bellas palabras a los jesuitas… (Luego, en la comida, irá pasando por las mesas para que le compremos uno de los 40 ejemplares que tenía a mano).
Para cerrar el acto, Pedro Mora, presenta a san Francisco Bordés Ruiz, que suena bien, siendo una bellísima persona que trabaja todo el año en pro de la Asociación Antiguos Alumnos de la Safa de Úbeda.
El presidente de la Coordinadora de AA. AA. SAFA, como pretende que no nos durmamos, va dando pinceladas de su forma de ser y actuar.
Nos remarca que las dos cosas más importantes en la vida son la amistad y la docencia, añadiendo que si pierdes la paciencia, pierdes la batalla; y que a pesar de la Covid y Putin nos encontramos hoy aquí reunidos… Recuerda que desde que comenzamos nuestra andadura en 2013 vamos en aumento, año tras año. Saca una cuartilla para apoyar su discurso y que no nos aburra.
Ya somos todos canadienses, una vez firmada la paz entre comanches y rostros pálidos…
Hace relación de sus vivencias antiguas por su paso por la Safa, cogiendo frases de personajes ilustres para alumbrar un encendido discurso. Entona un canto por los futuros encuentros, que vendrán, pidiendo su relevo (una vez más), pues ya se encuentra en tiempo de descuento, que ha de traer renovadas ideas. Pide la presencia de los padres jesuitas en nuestro centro para no dejar huérfanos a tantos chavales de su sabiduría. Y nos expresa una confidencia: que se envejece más cuando se van haciendo muchas despedidas, como dice Michel del Castillo; y termina por emocionarse con Roberto Carlos en su famosa canción: ¿Cuántas veces yo pensé volver?
Dando las gracias a todos los compañeros por su asistencia y a los acompañantes de la mesa presidencial, nos anima a todos augurando que un nuevo Día del Antiguo Alumno Safa de Úbeda nos espera nuevamente los días 2 y 3 de junio de 2023; precisamente cuando mi promoción de magisterio (1970-73) cumplirá su cincuentenario. ¡Allí estaremos…!
Desde aquí animo a mis compañeros de promoción de magisterio 1970-1973 a que nos podamos ver el próximo año, con el fin de abrazarnos y recordar aquellos años juveniles en los que tuvimos la suerte de encontrarnos aquí, en la Safa de Úbeda, para hacernos maestros y mejores personas.
Son las dos en punto de la tarde cuando los aplausos todavía van resonando en nuestros oídos mientras vamos marchando bajo el tórrido sol ubetense al Hotel Ciudad de Úbeda para comer, beber y charlar por los codos hasta más de las seis de la tarde, que será cuando mayoritariamente se deshará el hechizo momentáneo, aunque perdurará durante bastante tiempo, el justo al menos, para empalmar con el Día del Antiguo Alumno del año que viene.
Tuve la suerte de estar en la mesa nº 10 (una de las tres que había) y recordar, con el curso de Mª Carmen Ruiz Ara, muchas de sus anécdotas discentes y docentes pues algunos de sus profesores fueron también de nuestra promoción.
Además pude departir con mi antiguo compañero Antonio J. Ortega López vivencias y recuerdos varios, pues desde hacía 49 años no lo veía. También vino a saludarme Adelaida Rodríguez Silva intercambiando informaciones, anhelos y recuerdos de esta Úbeda que tanto nos enamora, ahora que tanto ella como yo vivimos fuera…
La comida, para mi gusto, resultó un tanto fulastrona y deslavazada…; no obstante, lo mejor fue la conversación entre antiguos compañeros y amigos y esas intimidades que afloran cuando hay comunicación y buen rollo. Que lo hubo…
Las mesas fueron constituyéndose alegremente con compañeros de cursos o promociones, como los del curso complementario, oficialía, maestría y magisterio, en más escasa cuantía.
No podía faltar el canto del Himno de la Safa que solamente los más antiguos supieron secundar, puesto que otros muchos no sabíamos ni siquiera la letra. El tiempo irremisiblemente nos va haciendo más viejos y olvidadizos, ley de vida, al fin, pero a su vez más sabios y templados…
¡Hasta el próximo encuentro; y que Dios nos dé salud e ilusión para vivirlo y contarlo!
Sevilla, 11 de junio de 2022.
Fernando Sánchez Resa
P.D.: Muchas gracias a AMIGOS SAFA por el préstamo de algunas de sus fotos.
Muchas gracias, Fernando, por tu encomiable labor de cronista. Y muchas gracias por tus referencias a mi persona.
Leyendo tus líneas, todo el mundo ha de sentirse plenamente implicado en el espíritu safista, y tu entusiasmo trasciende a todo aquel que te lea.
Enhorabuena.
De nada.
Muchas gracias a ti, José Luis , por tus amables palabras y tu encomiable entrega a la causa safista…
Un abrazo