(José de Ribera, 1642)
«Da mihi elimosinam propter amore Dei»
Llamado el “españoleto” italiano,
dotado de gran fuerza creativa,
aunque al principio algo repulsiva,
fue en esencia un pintor napolitano.
En los últimos años su pintura
alcanza altos niveles de dulzura,
se vuelve luminosa y colorista,
muy lejos de su etapa tenebrista.
Su cuadro, de un mendigo autorizado,
demuestra un gran compromiso social
al dotar de dignidad al “lisiado”.
El reflejo de la luz celestial,
matizando el marrón del traje ajado,
aleja el tenebrismo radical.