DE LA INOCENCIA
Mariano Valcárcel González
Hay cosas que no quiero entender porque si lo hago es que me cabreo sumamente.
Ya es clásico el recurso de altos dirigentes y cargos (en especial ministros y presidentes, sin olvidar a miembros de la realeza) que en cuanto surgen problemas graves e incluso pruebas que se puede transformar en acusaciones penales contra ellos se limitan a manifestar su inocencia (eso como todos) y aportan como prueba de descargo y absolutoria el desconocimiento que tenían de esos asuntos más que poco limpios.
Así teníamos a la “lideresa” madrileña descargando un día sí y otro también el desconocimiento de hechos y hasta de personas, ¡a las que decía con toda la jeta del mundo no haber conocido o apenas si haberlas visto!… Que le ha dado resultado la estratagema se ve en que todavía, insisto, todavía, no se la ha logrado procesar en condiciones.