Por Mariano Valcárcel González.
«Los hijos no son propiedad de los padres». Pues empieza bien la ministra; nos quiere llevar a los tiempos de Esparta. Bueno, luego volveré sobre la frase.
Si es cuestión de retroceder, veamos… En época de la dictadura nacional-católica, el sistema educativo se dividía en centros privados mayormente católicos (no se contemplaba el término de “concertados”) y públicos. Estos últimos, con carácter subsidiario de aquellos.
Nadie cuestionaba si se estaba adoctrinando o no en esa enseñanza del régimen, porque se daba por hecho que sí. Nadie osaría hablar de libertad de enseñanza; y la libertad de elección de centro estaba restringida al filtro que cada centro religioso aplicara. No era discutible.