Sabiendo que el primer fin de semana de agosto (los días seis y siete) se iba a celebrar el IV Mercado de productos de la huerta en el mismísimo corazón de la antigua iglesia de San Lorenzo, en su nave central, donde sus descarnadas catas arqueológicas muestran abierta y permanentemente su interesante historia; y que se complementaría con desgustaciones, visitas guiadas y taller hortelano para niños cocinitas, hago el firme propósito de asistir, reafirmándome en que Úbeda ofrece muchos alicientes que invitan a veranear en ella.