Merecido homenaje – 1

Por Fernando Sánchez Resa.

Habiendo recibido la amable invitación del futuro homenajeado, era justo y necesario asistir a la Casa de Cofradías de Úbeda para ser testigo de una especial noche.

Llego cerca de las ocho, que es la hora anunciada para su comienzo, cuando veo el poco personal que hay en el patio de butacas, y pienso si Úbeda le fallará a este “cérrimo” que tanto ha hecho por ella y la lleva siempre en su alma…; pero, gracias a Dios, me equivoco puesto que, cuando son cerca de las 20:30 (que es cuando comienza el acto), la sala está casi completa.

 


Entre tanto se ha estado charlando distendidamente, mientras han ido llegando un escogido ramillete de invitados, incluyendo a sus amigos de diversas ideologías políticas y, especialmente, de la gran familia cofrade ubetense, pues el poder de convocatoria que tiene nuestro afamado “Zorrica” es muy grande. «Genio y figura, hasta la sepultura», dice un dicho popular que aquí viene como anillo al dedo. También hay bastantes fotográfos, algunos de los medios de comunicación provinciales y otros particulares, que quieren inmortalizar los momentos que se van a vivir tan intensamente.

Una vez que el anfitrión ha terminado de saludar y agradecer a todos los amigos presentes, ascienden al estrado las cuatro personas que van a intervenir en el acto, más el concejal que representa al ayuntamiento ubetense.

 

Con el calor humano a flor de piel, todos los asistentes nos disponemos a disfrutar de una jornada memorable (muy acertada, por cierto) que quedará impresa en los anales de la historia de Úbeda, ya que un destacado personaje popular va a ser agasajado por su larga y fructífera labor en pro de nuestra simpar ciudad. Me refiero a Eduardo Jiménez Torres, una persona muy conocida en la Ciudad de los Cerros, que ha sido socio y fundador del Grupo parroquial “San Miguel Arcángel” y que es ex Hermano mayor de fiesta.

Toma la palabra el presidente del Club Diana, Adolfo Vivancos García, para explicar, mediante un improvisado y sentido parlamento, por qué y cómo se ha producido este merecido homenaje a don Eduardo Jiménez Torres: mediante la suscripción firmada de muchos de sus asociados. Aprovecha, también, para ponderar la valía de su amigo Eduardo, al que considera en posesión de méritos sobrados para ser acreedor de este homenaje; añadiendo que tenían que habérselo tributado otros colectivos ubetenses por lo honrado y trabajador que es. Y termina recalcando: «Si este personaje fuese de Bilbao u otra ciudad importante de España, tendría un mayor reconocimiento y eco social…».

 

Tras los aplausos del respetable público, toma la palabra el ínclito vocal de cultura del Club Diana, Antonio del Castillo Vico, para justificar dos importantes ausencias, regalando, mediante su pulido y docto verbo, un redondo y completo discurso, que trae pulcramente escrito, pues son muchos los datos y detalles que quiere contar de su especial amigo que, desde siempre, ha llevado la cultura y la historia de nuestra ciudad por montera…

Nos cuenta que a don Eduardo Jiménez Torres lo conoce desde hace muchos años, estando siempre preocupado por la ciudad que le vio nacer, y que lo recuerda en la antigua biblioteca pública, cuando se encontraba en la sala de la planta baja del Palacio de las Cadenas, durante aquellas calladas y lluviosas noches, conversando con la más brillante pluma, que por entonces era su director: don Juan Pasquau Guerrero. Y Antonio aprovecha la ocasión para hacer un corto y merecido panegírico, a este otro personaje ejemplar, dedicándole unas palabras a su viuda, Rosa Liaño, que se encuentra en la primera fila, toda atenta y expectante.

Después, comienza a hacer un extenso y detallado registro de las múltiples actividades que Eduardo obsesivamente ha realizado, pues desde siempre tuvo firmado un pacto tácito para hablar de todas las clases sociales ubetenses: asomándose a la revista Gavellar y entrevistando a los pregoneros de nuestra Semana Santa; siguiendo y enfatizando su peculiar mundo en la Cadena Ser y en la Cope en el programa “Úbeda hoy”; y escribiendo en diferentes periódicos: Diario Jaén, Ideal, Diario 16 y El caso; incluso acreditándose como corresponsal de prensa en múltiples medios; remarcando su principal objetivo de vida, siempre a su aire…

Nos explica que colaboró en las revistas Gavellar e Ibiut y en Aplausos (revista taurina), como su padre bien le enseñara. También dejó su peculiar huella en diversas revistas de la prensa del corazón: Lecturas, Semana, Pronto, España hoy… e hizo de reportero en Tele Úbeda con diferentes programas: Mágina, Aceitunas con hueso, Úbeda agrícola, Penitente… Además, ha tenido el honor de haber entrevistado a nuestro universal paisano, Antonio Muñoz Molina. Si en el 2000 hizo el Pregón de la Virgen de Gracia, hoy lo vemos en Canal 9 La Loma ensalzando a las dos ciudades hermanadas en ser patrimonio de la humanidad. Siempre atento a la búsqueda de la noticia y con un extenso currículo de premios en el campo cofradiero, así como “cérrimo” de Jaén, y con diversos pregones en su zurrón personal: “Feria de Úbeda”, “Carnaval”, “Pregón de los Barrios”… Yendo siempre, micrófono en mano, buscando los rastros de la noticia y las huellas del campesino; creando su propia escuela de periodismo para captar lo ubetense, dentro y fuera de sus fronteras; y, durante 40 años, auscultando cómo late el corazón de nuestra “Úbeda asombrosa”. Por eso, y por su acendrado ubetensismo, se le conoce por su famosa frase, acuñada por él mismo: «Ubetense de Úbeda». Honor que siempre ha concedido tanto a los nacidos aquí, como a los que vinieron de fuera, pero que se han preocupado por luchar por esta tierra…

Recuerda, Antonio, una fecha muy importante para Eduardo: el 14-12-2013, festividad de san Juan de la Cruz, en la que presentó el libro Viaje al corazón de los Cerros. Y delata que, como desde hace años la festividad de san Miguel pasaba desapercibida, con la parca asistencia de la corporación municipal y de escasos ubetenses en el primer día de feria de cada año, estando (por desgracia) profundamente olvidada y con dejos de desilusión para tomar otro rumbo, llegó el redondo año 2000 en el que el grupo Parroquial San Miguel Arcángel nació. Y, desde entonces, Eduardo Jiménez Torres ha trabajo durante 14 largos años, con ardor y tesón, cambiando el esquema anquilosado por una alegría desbordante en ese día señalado…

Y para finalizar su poético discurso, Antonio, se dirige al homenajeado espetándole: «Tu mayor ilusión siempre ha sido Ubeda; ella, sabrá agradecértelo eternamente».

fernandosanchezresa@hotmail.com

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