Los huevos se colocarán en los alvéolos de la incubadora (fig. 55), procurando colocar primero los huevos que lleven más tiempo almacenados, en caso de almacenamientos largos. La incubadora debe disponer de un sistema de ventilación y de volteo que funcione adecuadamente para asegurar la renovación del aire en su interior, y evitar las adherencias de los embriones a las membranas del huevo.
Fig. 55. Incubadora industrial cargada con huevos de pintada.
Para mejorar el rendimiento de la incubadora (fig. 56) y, por tanto, aumentar el número de nacimientos, sobre todo en incubaciones de invierno, se deberá atemperar el aire de la sala de incubación en torno a unos 23‑25º C; y, en caso de incubaciones en verano, refrigerar el aire de la sala, en la medida de lo posible, hasta esa temperatura.
La frecuencia del volteo se programa directamente en la incubadora; es una función muy importante para evitar adherencias de los embriones de los pintadones a las membranas internas del huevo. En las primeras fases de la incubación, a mayor frecuencia de volteo diario, mayor incubabilidad de los huevos.
A los 24 días de incubación, se realizará el traslado de los huevos desde la incubadora a la nacedora (fig. 57), que deberá estar atemperada horas antes; en esta operación podemos aprovechar para hacer un miraje de los huevos y eliminar los que tengan alguna rotura, que sean claros o abortados en los primeros días de incubación. En el caso de la nacedora, no es necesario el volteo de los huevos. Los huevos permanecerán en su interior hasta el día 28 de incubación.
Fig. 56. Modelo de incubadora con sistema de volteo automático. |
Fig. 57. Nacedora con cajones enrejados para evitar que los pintadones escapen. |
Es muy conveniente, al colocar los huevos en los cajones de la nacedora, ponerlos lo más próximos entre sí, dejando el mínimo espacio entre ellos, consiguiendo que los pintadones, al nacimiento, estén juntos, y evitando, de esa forma, problemas de laxitud en las patas ‑a los pollos se les separan las patas, defecto que limita su movilidad durante toda su vida‑. También es conveniente, para soslayar este problema, forrar el suelo de las bandejas de nacimiento con papel limpio, favoreciendo con ello que los pintadones se sostengan mejor al nacimiento y no resbalen.
Para saber el momento en que se deben retirar los pintadones del interior de la nacedora, se pueden seguir los siguientes parámetros orientativos:
—Cuando se saque el nacimiento debe haber más de un 60% de los pintadones mojados en la cabeza y en el cuello (fig. 58).
—Treinta y seis horas antes de sacar el nacimiento, ha debido nacer un 10% aproximadamente de los pollitos.
—De los pollitos nacidos ‑pintadones‑ (fig. 59), es necesario eliminar aquellos que presenten deformaciones, problemas en las extremidades, deshidratación, ombligo sin cicatrizar, o bajo peso (el peso medio es de 32‑34 gr).
Fig. 58. Pollito abandonando el huevo con la cabeza mojada.
Fig. 59. Pintadón preparado para ser enviado al parque de cría.
Este “triaje” es necesario para obtener lotes homogéneos y libres de problemas, y consistirá en eliminar a todas aquellas aves que presenten defectos, tales como bajo peso, malformaciones, deformaciones en las patas o dedos torcidos, deformaciones en el pico, ombligos mal cicatrizados y falta de vitalidad.
Los restos de la incubación (cáscaras de huevos, membranas, restos de pintadones, etc.) deberán ser depositados en contenedores estancos para su posterior eliminación por procedimientos autorizados. (Una cuestión fundamental en el proceso de incubación es la higiene de la sala de incubación, que deberá lavarse diariamente con agua con lejía y con algún detergente clorado, práctica que también se debe aplicar a la cámara de almacenamiento de huevos).
Una vez que se sacan los pollitos de la nacedora, y realizado el “triaje”, se trasladarán a los parques de cría en bandejas de plástico (fig. 60).
Fig. 60. Caja de pintadones recién sacados de la nacedora y preparados para ser transportados al parque de cría.
Las salas de cría también deberán estar atemperadas y acondicionadas horas antes del nacimiento de los pintadones, para facilitar la aclimatación a su nuevo entorno.