Palomas, 3

29-03-2010.
Vuelan alrededor de mí, bajando hasta la enorme fuente, de trazado elegantemente clásico, que preside ahora la gran plaza. Las muy cochinas podrían devolver bien por bien: el favor que la fuente les hace, proporcionándoles la fresca agua donde realizar sus abluciones y saciar su sed, en especial durante las jornadas del tórrido verano; pero no son agradecidas y se limitan a ensuciar el agua del pilar hasta dejarla con una capa lechosa y grasienta de pésimo aspecto.

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