090122-1

Gaza
Voy a empezar a responderte por el final, amigo Alfredo. La entrada de los periodistas, el alto el fuego, le retirada de los israelíes, etc., no cambia la visión que tengo del conflicto. No me encasilles como partidario de ninguno de los dos bandos. No soy de ninguno. Soy total y absolutamente neutral. Ante la masacre que últimamente ha hecho Israel, debo condenarla, y la condeno sin más paliativos ni matices, porque la muerte de una sola persona no está justificada con nada.

Quiero exponerte los motivos de mi neutralidad. Si el conflicto hubiera comenzado en el último mes, o en el último año, o en los últimos cuarenta años, yo estaría incondicionalmente del lado de los palestinos. Pero a veces olvidamos, o no queremos ver, que el conflicto se conoce desde que tenemos datos históricos. Y no es cosa ahora de repasar la Historia: la salida de los judíos hacia Egipto, el regreso y conquista de la Tierra Prometida, el éxodo y la dispersión en tiempos de los romanos, el deambular errantes por el mundo… Y, ya en nuestros días, el Holocausto que a punto estuvo de exterminarlos.
Los árabes, al igual que los judíos, tienen el mismo derecho a esa tierra, porque su estancia en ella también se pierde en la noche de los tiempos. Son dos pueblos irreconciliables, con culturas y religiones distintas (que es lo peor), y hasta ahora la única voluntad de convivencia que han demostrado es la del recíproco exterminio. Ponerse a favor de uno de los bandos es alimentar la discordia, echar leña al fuego.
Tu dirás que no se puede permitir el uso y abuso de la superioridad de fuerza de la que ha hecho gala Israel. Yo te digo: ¿conoces algún sistema mejor para que Hamás deje de lanzar misiles contra Israel usando como escudos a sus propias escuelas y hospitales? ¿Qué debe hacer Israel?, ¿esperar a qué alguien vaya a desarmar a Hamás? ¿Qué harías tú? Si nos ponemos a teorizar (que sería tanto como soñar), lo suyo sería una organización internacional (¿ONU?) con fuerza y contundencia suficientes para poner a cado uno en su sitio y no dejarles ni un tirachinas. Pero eso, aunque creo que sería posible, no se hace.
Por eso, este lapso de ¿paz? no tiene ningún futuro, por desgracia. Sabrás lo que ha dicho Hamás: que este alto el fuego no va con ellos. Vivir para ver.
Insisto: neutralidad absoluta. Hay que ver el conflicto desde la línea divisoria y sin ningún color. No se puede valorar el conflicto por los hechos sucedidos hace un mes, ni por lo que hace una parte. ¿Es una reacción desproporcionada lo que hace Israel? Naturalmente que sí. Pero eso es tanto como preguntarse si una guerra es proporcionada o no. ¿Cuándo una reacción es proporcionada? ¿Cómo se racionaliza o regulariza una guerra? “Negro me lo pintáis, amigo Sancho”. ¿Dónde está el limite entre la proporción y la desproporción? Para que sea proporcional, ¿cuántos soldados ponemos en cada bando? ¿Hasta cuántos cañonazos están permitidos? ¿Hasta cuántas casas destruidas? ¿Qué baremo aplicamos? ¿Qué arbitro? ¿Cuál es el horario de apertura y cierre? ¿Se guerreará los fines de semana? El sólo hecho de que un ser humano coja una pistola para resolver una diferencia con su semejante ya es una desproporción. En la guerra se busca la desproporción para vencer al otro; por lo tanto, vamos a pararla desde el más ligero atisbo de la misma. Ni una sola muerte de un ser humano justifica una guerra; pero lo cierto es que las guerras están ahí y son una realidad humana.
Rechazo cualquier manifestación en apoyo de un bando u otro, al menos en este caso. Y si ya es una equivocación que se manifiesten individuos a título personal, mucho peor es que lo hagan gobiernos o partidos políticos, como lo ha hecho el PSOE. Claro que, después de ver las actuaciones y la “valía” personal de ZP, como gestor de los destinos de España, todo puede ser explicable. No quiero dejar de mencionar su “fórmula” estrella para arreglar el mundo: su Alianza de Civilizaciones. Una fórmula que, si no fuera por la gravedad de la situación, resultaría cómica al estilo Jaimito, la verdadera talla de este “gran estadista” que, sin duda, pasará a la Historia y que, por desgracia, aún no hemos descubierto.
Este es un tema interesantísimo que debe ser tratado con detenimiento: la total y absoluta inutilidad de este hombre. Pero debo dejarlo para otro momento porque el tiempo se me echa encima. Pensaba que cuando estuviera jubilado iba a poder dedicarme a gusto a todo lo que quisiera, y veo que cada vez estoy más liado. Me gustaría “jubilarme” también de la profesión de padre y de madre; pero eso ya va a ser más complicado. Aunque no me pesa y lo hago encantado.
Hasta la próxima.
Saludos.
 

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