Vamos a ver…
Vamos a ver, querido Manuel Almagro, ¡qué difícil es la tertulia por escrito! No obstante, quiero apostillar mi idea de que el comunismo ha servido, al menos, para consolidar derechos.
¿Recuerdas Carabanchel, la cárcel de los comunistas y demás disidentes franquistas? Su ejemplo y posterior implicación en la lucha por los derechos laborales fueron determinantes. El miedo a la expansión comunista en tiempos de la Guerra Fría y las reivindicaciones sindicales provocaron que el capitalismo se dulcificara un poco. Había que dar ejemplo desde el propio sistema capitalista. Si no, la misma democracia se encargaría de poner las cosas en su sitio. Donde la hubiera, claro. ¿Estados Unidos de referencia? ¿Sabes cuántas huelgas costó la conquista de los derechos en ese país? ¿Conoces la persecución de intelectuales por ideología comunista? Un miedo incontrolable invadió Hollywood en una pesadilla desatada en 1946 por el Comité de Actividades Antiamericanas, un verdadero tribunal inquisitorial lanzado a la caza de comunistas que diezmó la meca del cine.
En la actualidad, antes de esta crisis, había un millón de parados en Nueva York sin derecho a salario de paro. ¿Sabes que en el país más rico del mundo la asistencia sanitaria digna sólo la reciben en la actualidad quienes la pagan privadamente? De los derechos de los negros no hablamos porque ya es historia. ¡Cuánto sacrificio histórico costó, por fin, que uno de ellos pueda llegar a ser presidente! Y, por último, que tú no conozcas comunistas no significa que no los haya, algunos de gran talla intelectual y moral. Yo mismo puedo presentarte a unos cuantos en Málaga, incluso antiguos alumnos de nuestra Escuela de Magisterio de la Safa. Eso sí, cada vez menos.
El fracaso de su sistema, tal y como se concibió en el siglo XX, no lo exime de los avances que conquistaron en la historia. Veremos cuánto nos dura nuestro liberalismo, causante del brutal e injusto reparto de la riqueza en el mundo. Ya sabes lo que decía Anahuac, representante de los indígenas mesoamericanos: «Si todo el mundo consumiera al nivel de Europa y EEUU, el planeta agotaría todos sus recursos en menos de cincuenta años». ¿Hay o no que consumir para salvar la gran crisis? Bueno, un café no influirá demasiado, sobre todo si lo compartimos en este Rincón, que ya empieza a animarse otra vez.
Iba a enviar el comentario, cuando me encuentro en este recóndito Rincón a Dionisio, devolviéndome la patadita que, según él, le he dado por debajo de la mesa. He vuelto a releer lo que escribí al respecto. ¡Vaya reacción a la sonrisa que me provocaste con ser comunista en tu juventud! Me pareció pretencioso, en un contexto en el que difícilmente entendíamos de esas cosas.
No merezco tanta desaprobación. Mi error ha sido compararte con otros. Perdón. Llevas razón. ¿Quién soy yo para juzgar a nadie y menos a ti? Nunca debió salir de mi teclado tal atrevimiento. ¿Me reprochas que haya sugerido censura de lo que debes escribir? ¡Nunca propuse censurar nada! Faltaría más. Escribo y defiendo lo que me apetece, igual que tú; pero en un espacio público, como es una página web, el riesgo de réplica es inevitable.
Pon verde a todos los socialistas que nos gobiernan y no dejes títere con cabeza. Hazlo soterradamente o abiertamente, como en tu última respuesta; pero acepta que otros podamos pensar lo contrario, por muy grosero que te parezca. Eso, amigo mío, es el libre pensamiento y la libertad de expresión. Mira, yo opino de Aznar, de la COPE y de la jerarquía antievangélica de la Iglesia cuantas veces me parezca y donde me parezca, que tú ya lo haces de otros con insistencia.
Podría yo hacer lo mismo con las barbaridades que cada día oímos a esta derecha reaccionaria, perdida en la más absoluta incompetencia. No lo haré de forma tan generalizada por respeto a quienes esperan de ellos la solución a todos nuestros males. Ojalá esperen mucho tiempo; al menos, hasta que aparezca otra generación de dirigentes con mayor nivel intelectual y con nuevas estrategias menos agresivas. ¿Te parece gracioso lo del ministerio de “Igual da”? Pues a mí no. En mi profesión, conozco muy de cerca lo mucho que falta para cambiar la mentalidad de este país en relación al derecho más elemental.
Siento que este café esté un poco cargado hoy. Tampoco pasa nada. Que los amigos discuten y luego se abrazan. Claro, si la discusión es honesta y sin resquicio de rencor. Y, desde luego, yo disiento de algunas de tus pinceladas político‑literarias con todo el afecto y respeto que quizás no he sabido transmitir.
Quiero terminar agradeciendo a Antonio Lara su buen talante y su visión crítica, desde la lejanía, de esta forma nuestra de discrepar. No viene mal su reflexión en estos momentos.
También sugiero al presidente que anuncie en la portada cada nueva colaboración del Rincón del Café. He tardado en descubrir la respuesta de Dionisio. Algunos compañeros habituales de la página web no acceden a las últimas intervenciones por falta de información.
Y, finalmente, un pensamiento de Miguel Ángel Santos con motivo del conflicto palestino: «Las fronteras separan, las banderas enfrentan y los himnos dividen. No hay más nación que el mundo, más bandera que la piel del ser humano y más himno que el de la fraternidad universal».
Buenas noches.