19-06-2008.
Pasada la Navidad, retornó a la Safa. Quien más, quien menos, todos escépticos e inseguros. La provisionalidad estaba en cada uno, pero afectaba sobremanera a los profesores casados.
Los chavales lo recibieron bien, alegres y afectuosos. Fue el único pequeño aliciente en aquel desangelado retorno. La alimentación de la muchachada, penosamente escasa. Burguillos, muy de noche, merodeaba la cocina y el comedor de los jesuitas. Y siempre caía alguna naranja, galletas, pan… Poca sobrealimentación era para mozos en pleno desarrollo. Pero a uno o dos les acallaba un poco el estómago. Hubo suerte y nunca le sorprendieron in fraganti. Y noche hubo en la que dio dos viajes. Los bolsos de su americana terminaban anchos como fardelas.