02-11-06.
Introducción de José María Berzosa Sánchez.
La falta de competencia suele producir relajamiento. Da igual todo: nada de olimpiadas, nada de ligas deportivas, nada de vueltas ciclistas, nada que mejorar. Por tanto, a vivir… que son dos días. (¡Qué aburrimiento!, ¿no?).
Este talante, llevado a la formación personal, supone que si aprendo… bien; y si no, no pasa nada: continúo, progreso adecuada o inadecuadamente, y ya está. Y esto es lo que ha producido la LOGSE. Hay muchas opiniones negativas al respecto en esta página web: http://www.hottopos.com.br/videtur10/logse.htm.
Pero lo que me ha llamado la atención ha sido que Margarita Sánchez Latorre (hija de Fernando Sánchez Resa y Margarita Latorre García, asociados nuestros), a sus dieciséis años (en 1999), escribiera el siguiente artículo, que fue publicado en la revista ubetense Ibiut el año 2002.
CAÍDOS POR LA PATRIA
Por Margarita Sánchez Latorre.
Quizá pocos se han percatado del enemigo que representa para la Educación y el futuro de la sociedad, pero tal vez su arma más mortífera resida precisamente en esa somnolencia de la que, poco a poco, nos va haciendo partícipes hasta hacernos caer en una defensa hipnótica de sus preceptos.
Por fin, el terrible monstruo, el enemigo de la civilización, el caos establecido, autorizado e impuesto ha llegado a nosotros para no ser España menos que otros países modernos. Me refiero a la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) cuyos milagros hace unos años empezaban ya a predicarse y que hoy se nos muestra en todo su esplendor, como una cruda realidad.
¿Es posible que nadie haya reparado, por ejemplo, en el significativo impulso dado al deporte, la tecnología, la música y en definitiva, a «las asignaturas de recreo» en detrimento de asignaturas como Lengua Española o Matemáticas que son la base de todo conocimiento? Y eso por no hablar de la utilización efectuada en Humanidades. Parece que hasta el mismo Gobierno es partidario de difundir la idea, tan extendida hoy día, de que estudiar Latín o Griego es de tontos o peor aún, una pérdida de tiempo. Y digo yo, ¿no es el Latín tan humano como las Ciencias? ¿Acaso el mundo científico en el que vivimos no ha demostrado que la Ciencia sin sentimientos lleva a la maquinización del Hombre? ¿Acaso el Hombre no es una mezcla de razón y sentimientos? ¿Acaso no son estos los que nos hacen felices y no la lógica?
La LOGSE lleva como estandarte el lema «aprender sin sufrir». ¡Y cuán equivocada está! Pues ya se dijo «quien no prueba lo amargo, no conoce lo dulce». ¡Y cuánta razón hay en ello! Queremos negar una realidad humana tan inherente a nuestra condición como el esfuerzo, el sufrimiento. Y por otra parte, estamos creando un mundo en el que cada vez hay que esforzarse y sufrir más para ganarse el pan. Es de tontos envenenar al alumnado con discursos sobre los derechos que tiene en el colegio, tan sólo, porque la vida no va a respetárselos. Es cruel engañar a tanta gente durante la época en la que más puedes aprender cómo funciona el mundo. Y todo va a provocar el efecto inverso al que se esperaba. No vamos a tener sino una generación conservadora, mimada, mal educada, solitaria y desconocedora de todo aquello que integra la individualidad y profundidad del alma humana.
Y por quienes más lo siento es por aquellos alumnos que ilusamente creyeron que la educación era una panacea. ¡Pobres infelices! ¿Qué os queda sino reciclaros a un régimen corrompido, que recurre al pillaje para aprobar, que nos iguala a todos por abajo, que pretende, como si de un nuevo comunismo se tratase, que todos obtengamos el mismo premio por esfuerzos distintos? ¿Qué os queda, digo, sino someteros a él para sentiros apreciados y entre iguales? Somos una generación de Caídos por la Patria. Caídos para que con nuestra muerte, otras generaciones futuras puedan resucitar a un sistema educativo más justo y equitativo. Pero, ¿cuánto va a durar esta masacre? ¿Hasta cuándo va a seguir perdiendo la sociedad gente competente y trabajadora? ¿Hasta cuándo seremos CAÍDOS POR LA PATRIA…?
Revista Ibiut. Año XXII, n.º 123.
Margarita Sánchez Latorre ante la morera de la Redonda de Miradores de Úbeda, el pasado 28 de enero de 2006 en que cayó aquella famosa nevada. (Enviada por Fernando Sánchez Resa).