Un español, orgulloso de serlo

Nota del Jefe de Redacción: Las opiniones son vuestras. Mi labor es meramente técnica.
11-10-06.
Uno está en la higuera. A estas alturas, hoy, día 13 de septiembre de 2006, a pesar de haber escuchado la radio y leído la prensa, he podido enterarme, a través de las páginas de El Mundo, en su edición del 12-9-06, de las polémicas frases de un tal Rruvihanes. Sí, sé que se escribe de otra forma, pero yo no la sé ahora mismo, ni me interesa. Hoy me he sentido avergonzado, ofendido, frustrado y perplejo.
Avergonzado de ser español; no por serlo ‑de lo que estoy muy orgulloso‑, sino por tener por compatriota, BIEN QUE LE PESE, a un ser tan deleznable y repugnante como ha demostrado ser ese tal… ‑me niego a pensar y a pronunciar su nombre, porque ahora me produce náuseas‑.

Ofendido, porque me siento español, hijo de ESPAÑA; que no de una puta, como quizás algunos que, para colmo, a lo peor ni siquiera saben quién es su padre; y por eso hieren e infaman; porque su cerebro no da para otra cosa mejor. Y haciendo uso del derecho a la libertad de expresión que tanto reclama para él, pero que no concede a los demás, había pensado transcribir sus propias palabras y devolvérselas, con la única salvedad de que cada vez que empleara la palabra puta, escribiera a continuación la palabra Cataluña o madre, porque a eso es a lo que está contribuyendo y dando pie con sus miserables manifestaciones. Pero claro, si así lo hiciere, podría ofender a mucha gente inocente y decente que ninguna culpa tiene de que «eso» ande por ahí suelto; aunque a otras no, pues son los borregos, igualmente descerebrados, que le secundan. Sería tan grosero como él y ya seríamos dos en ESPAÑA. Prefiero que siga siendo él, el único.
Frustrado, porque yo creía que ser libre en la expresión era un derecho constitucional, pero no ser un soez libertino. Se ve que a este señor le encanta tener el culo y la polla en la boca. ¿Por qué será?
Y finalmente, perplejo, por dos motivos: Primero, porque no me explico cómo un personaje de esta calaña puede tener seguidores, y mucho menos “intelectuales” (ja) y políticos de alto nivel (ja, ja). Segundo, porque no entiendo cómo la “¿izquierda?” consiente que le hayan dado por el culo durante la transición, según el interfecto, cuando la “¿izquierda?” fue co-protagonista consciente y aquiescente de tal proceso democrático.
Y si luego se oye decir por ahí (¡no lo diré yo!), que en ESPAÑA o en Europa existe una cierta aversión hacia lo que suene a catalán, que se lo agradezcan a tipos como este; y el que lo oiga y se sienta ofendido, que mire primero en su propio patio por si hay restos o abundancia de basura que recoger. Porque nunca en mi vida he visto a una persona despreciar a una Comunidad Autónoma o a una NACIÓN, con la fiereza, la desvergüenza y la esquizofrenia con que lo hace este individuo. A tenor de sus declaraciones, así de podridas serán y estarán sus obras. Y así de amargado estará él.
Pues si eso es así, yo le recomiendo dos cosas: Primero, que se vaya de ESPAÑA, que no nos hace ninguna falta. Segundo, que se pegue siete tiros, que muchos no vamos a llorar por ello.
Y que quede clara una cosa: a nosotros, los españoles, nos podrán explotar los huevos, porque los tenemos gordos y muy bien puestos. Al tipo ese, también; pero no los suyos, sino los de los demás, en su puerco hocico.
Un ESPAÑOL, orgulloso de serlo. ¿Es que no hay más por ahí?

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