¿Cómo que manos a la obra, pues?

Esta es mi opinión‑respuesta a la invitación solicitada por el Presidente de la Asociación con motivo de la propuesta de Antonio Lara y secundada, con matices, por Pablo Utrera, sobre los comentarios críticos que se harán a los artículos que aparecen en nuestra página.
Yo no estoy de acuerdo con ella. En primer lugar porque crear la figura “oficial” de un “censor” o censores, y además tan cualificado, será motivo suficiente para conseguir el efecto contrario al que se pretende. Frenará la participación en vez de animar y estimular.

La mayoría de los que mandamos escritos de vez en cuando somos escritores aficionados voluntariosos (aprendiz me considero, que no he tenido la fortuna de volar tanto ni de estudiar Filología, gracias a Dios), que lo hacemos con la ilusión de participar regalando a los compañeros parte de nuestro tiempo y esas cosas que comparten los amigos: opiniones, ocurrencias, experiencias, nostalgias, deseos, ilusiones, alegrías, tristezas… A mí me parecen pequeñas lunas llenas, delicias de chocolate, auténticas canciones populares, son piononos de Santa Fe.
“Al fin nada os debo, me debéis cuanto escribo…”, decía el maestro.
La dinámica llevada hasta ahora es acertada, creo, porque no veta nada a nadie, cada uno puede criticar libremente o no, pública o particularmente. Hay libertad de expresión y derecho a réplica y contrarréplica. Y el que crea que hasta ahora estas aportaciones caen en saco roto está equivocado, por las numerosas muestras que nos intercambiamos usando este fantástico medio de internet. Pero al estilo llano:
‑Encantao de leerte a pesar de lo mal que lo escribes.
‑Grasias. Yo también taguanto con mucho gusto.
‑En eso no llevas rasón y además lo has copiado.
‑¡Vaya unas leches! ¿Cómo crees caprobaba los exámenes…?
‑Pero que sigas escribiendo, eh…
Se argumenta que la participación en el Rincón se ha desacelerado.
Pero vamos a ver. El aluvión de los meses de diciembre y enero es normal por contener esas fiestas tan entrañables. El parón relativo en febrero también es normal y no hay que ser un experto en marketing para afirmarlo (y conste que ha sido solo en el Rincón; que los artículosvolaban de la página donde aparecían los diez primeros).
Querer reactivar la participación con la fabricación de la figura del Criticón, de la Opinión o de cómo se le quiera llamar me parece contraproducente. Si se cuestionaran y/o criticaran solo las aportaciones de los escritores eméritos tan valiosísimos que tenemos y que nunca podremos pagar suficientemente: Pablo Utrera, Jesús M.ª Ferrer, Sebastián Rodríguez, Manuel Jurado, Juan Ant.º Fernández, Pertíñez, Berzosa, Antonio Lara, Dionisio… (y ahora que opinen los “monstruos”), con un objetivo didáctico para el resto de los normales, que somos la mayoría, y para seleccionar los artículos que vayan a ser editados en papel o CD, vale. Y aún así debería hacerse en lugar especial habilitado para ello.
Yo, que escribo con mis escasas “mimbres” y con bastante esfuerzo y que busco la acogida cálida y amigable, el refugio para disfrutar y que me haga olvidar las batallitas diarias, los cabreos con mi mujer, con los niños y con el jefe, ahora, a estas alturas, me voy a encontrar con el “profesor” que me dice en plan anónimo:
‑Tu estilo es costumbrista y folclórico y lo que mal dices está fuera de lugar, sin argumentos ni estructura. En resumen, debes pergeñar de nuevo tu artículo.
Firmado: Anónimo o Fernán Caballero o Cecilia o Antonio Lara, que para el caso es igual.
No contéis conmigo. Y lo siento por José M.ª Berzosa, madre acogedora y padre animador donde los haya. (La Junta de Andalucía deberá reconocer y premiar a esta Asociación algún día por fomentar, tan excelentemente, la lectura y escritura en la tercera edad. Tú no puedes ponerte malo nunca, chaval).
Me opongo a la idea. Y el que quiera más protagonismo que les ponga deberes a sus alumnos o a los hijos de sus amigos y los corrija. ¡Qué empacho!
Es mi insignificante opinión y con todo el cariño del mundo.

Y me voy también este finde al Carnaval de Cái, que yo tengo un amigo en Barbate. No todos pueden ser pishas.

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Publicado en: 2006-02-20 (86 Lecturas)

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