DIARIO SUR DE MÁLAGA ENTREVISTA A DIEGO RODRÍGUEZ VARGAS
Trabajo en equipo al margen de los textos
El proceso de desertización se puede aprender en los libros, pero también, explorando una zona. El maestro Diego Rodríguez está convencido de que hay otra forma de enseñar, y recoge algunas experiencias en una publicación.
En el aula de sexto de Primaria del colegio Jorge Guillén de El Palo no había “buen rollo”. Los chavales se insultaban, se ponían motes, se peleaban… Un día, el maestro, don Diego, decidió hacer algo que calara hondo en sus alumnos y montó una obra de teatro. No se trataba de una escenificación al uso, sino que el guión se nutría de las frases que se lanzaban unos a otros en su vida normal. O sea, una parodia de ellos mismos. El resultado fue espectacular porque, a fuerza de ensayar y de intercalar improperios con canciones extraídas de la película Al otro lado de la cama, esos insultos hirientes pasaron a ser cómicos.
«Construimos una experiencia para modificar conductas que se convirtió en terapia colectiva. El teatro cambió al grupo y sus relaciones afectivas». Quien esto comenta es Diego Rodríguez Vargas, don Diego, un maestro con 35 años de experiencia que se empeña en demostrar que existen otras prácticas docentes que complementan a los libros de texto. La característica común de esas prácticas es el trabajo en equipo; y el objetivo, la diversidad.
«La escuela debe adaptarse al mundo en el que vive, y la enseñanza reproductiva del pasado —esa en la que primaba la memoria, el libro y las reglas— debe transformarse en estrategias de aprendizaje que despierten el interés por aprender», prosigue el profesor, que encuentra en este axioma la solución a la desmotivación del profesorado y del alumnado.
Diego Rodríguez acaba de publicar un libro que resume sus opiniones al respecto. Su título es ¿Qué pensará Bryan de nosotros? Reflexiones sobre la evolución de la práctica docente, y en él hace un repaso de sus experiencias en la escuela, desde que fue alumno hasta ahora, que lleva 20 años siendo jefe de estudios del colegio Jorge Guillén.
Innovación docente
Se desarrollan en el texto seis experiencias educativas en la escuela de la diversidad que, por sí mismas, constituyen un alegato de innovación a la hora de enfrentarse a la práctica docente. En ellas, los chicos de Primaria hacen trabajos de campo para conocer in situ el proceso de desertización; montan espectáculos musicales para adquirir valores como la amistad, la utopía o el espíritu de lucha; realizan entrevistas personales para conocer la realidad iberoamericana, o escenifican Los Miserables para tener un contacto directo con la Revolución Francesa.
¿Qué pensara Bryan?
El título del libro es significativo. «Bryan es un alumno ecuatoriano de 12 años que se incorporó a clase y no fue aceptado en el primer momento, aunque tardó poco en serlo. Un día, uno de sus compañeros reflexionó sobre este rechazo e hizo una pregunta que me impactó: “¿Qué pensará Bryan de nosotros?”, dijo, y se lo preguntamos al interesado. Respondió que, aunque ellos tenían de todo y él casi nada, aun así se sentía ayudado», explica Rodríguez, quien añade que después de eso le pidió que le contara de dónde venía; y el chico describió «una escuela que era la misma que la de mi infancia: una clase con más de 50 alumnos, un maestro viejo que resolvía todo a reglazos…». La descripción de Bryan le animó a escribir el libro, que está dirigido al profesorado.En él se incluye la experiencia que le hizo merecedor del premio nacional Santillana de Experiencias Educativas. ¿Dónde está el bosque? es su título, y su contenido llevó a los niños a explorar los exteriores del colegio, situado próximo al cauce del Arroyo Gálica, para estudiar el proceso de desertización. «Con mi trabajo intento demostrar que el libro de texto no es el único recurso, sino un instrumento más. Todo esto se incluye en la Logse, una ley que no ha triunfado porque no ha preparado al profesorado», afirma.
Copyright © por AA-MAGISTERIO-Safa-Úbeda Derechos Reservados.
Publicado en: 2003-11-22 (109 Lecturas)