Vicisitudes de la vejez, 36

Cuando reflexiono sobre mi cercana muerte me da repelús y espeluzno, aunque pienso que ya no tendré que preocuparme por mi cuerpo, ya que mis parientes más allegados harán lo que sea necesario de acuerdo a sus posibilidades. Si no ellos, los de la funeraria me quitarán la ropa, me lavarán y vestirán para sacarme de casa y llevarme a mi nueva dirección: el cementerio.


Mis pertenencias seguramente serán vendidas, regaladas o quemadas. Lo mismo harán con mis llaves, mis labores, mis herramientas, mis libros, mis cintas de casete, mis zapatos, mi ropa y todo lo que yo creía que era mío hasta ese momento…
Muchos o pocos (¿quién sabe?, aunque cuanto más viejo es el finado menos gente acude, pues los de mi generación habrán fallecido todos o casi) vendrán a mi funeral a «despedirse». Algunos cancelarán compromisos y hasta faltarán al trabajo para venir a mi entierro. ¡Muchas gracias de antemano…!
No tengo duda de que seguiré siendo citada, juzgada, cuestionada y criticada por las pequeñas y grandes cosas que hice en la vida. ¡Faltaría más…!
Estoy segura de que el mundo no se detendrá a llorar por mí. No soy tan importante y menos cuando eres vieja de solemnidad, como lo soy yo… La economía continuará sin mí, pues nadie es imprescindible. Mis bienes y dineros irán a mis herederos, aunque seguramente se lleve el estado (que es el heredero universal de todos nosotros) un buen pellizco de mi herencia…
Mis fotos, por algún tiempo, quedarán colgadas en la pared o seguirán sobre algún mueble o dentro de un álbum, pero luego serán guardadas en el fondo de un cajón o tiradas a cualquier parte. ¡No quiero que me las metan en la sepultura ni anden desperdigadas por ahí…!
Las personas que me conocían solo por mi semblante dirán: «¡Pobre mujer!» o «¡Ella se lo pasaba tan bien!». Mis amigas más sinceras (aunque ya me quedan muy pocas) me llorarán algunas horas o días quizás, pero antes o después regresarán a su risa y vida cotidiana. Las menos amigas o conocidas se olvidarán de mí mucho más rápido.
Mis animales domésticos también se olvidarán de mí, no sé si más rápido aún. Quizá mi perrita Yudi -seguramente- me echará más de menos durante un tiempo, pero se acostumbrará, no tengo duda, antes o después, al nuevo dueño.
Alguien más se sentará en mi sofá, comerá en mi mesa y hasta puede que duerma en mi cama. El dolor profundo de mi ausencia durará en mi casa un tiempo más corto que largo, pues la pena cuando se muere una vieja es bastante menor que cuando le ocurre a otra persona más joven…
Después quedaré añadida a los recuerdos de los que me quisieron o conocieron hasta que ellos se olviden o fallezcan; y entonces, mi historia terminará ya entre la gente y aquí, en este mundo. Entonces comenzaré otra nueva historia en mi nueva realidad después de mi muerte.
Ya las cosas u objetos que atesoré perderán el valor que tenían. Solo necesitaré mi espíritu. Sé que el valor que haya acumulado en él será la única fortuna con la que contaré en el otro mundo y que he amasado durante el tiempo que estuve en la Tierra. Por eso, no hay cosa mejor que vivir una vida de amor hacia los demás y en paz con el prójimo y consigo misma. De ahí que aconseje, ahora que estoy al final de mi vida, aunque todavía no sé cuánto me falta (seguramente que poco) para desaparecer, a todo el que me lea que intente vivir plenamente y ser feliz mientras esté aquí, sin hacer daño al prójimo, porque no nos llevaremos nada de lo que tanto apego tenemos. ¡Solo marchará con nosotros lo que dimos, nuestras buenas acciones!
No somos nada más que una pieza consciente, por suerte o por desgracia, que cumplió su función para garantizar la inmortalidad de la especie. Todos los humanos, animales y cosas somos material reciclable… Una vez cumplida nuestra misión, pasaremos a formar parte de la materia inorgánica de la que surgimos. Es posible que si existe otra vida (en la que yo creo firmemente), tal vez no sea más que el recuerdo de nuestros descendientes, amigos o conocidos mientras no nos olviden…
Sevilla, 2 de julio de 2024.
Fernando Sánchez Resa

Deja una respuesta