Por Mariano Valcárcel González.
Creo que nací en una camada abundante, de numerosos hermanitos, cieguitos y torpes. Creo que tuve mucha suerte cuando empezaron a descartar a los recién nacidos y dejaron solo tres, tres que ya tenían adjudicadas personas que se los llevarían. Así son los humanos, que nos tienen a su alrededor desde hace milenios, pero que tratan de controlarnos seguramente para que no lleguemos, algún día, a superarlos.