31-01-2010.
Hijo del patriarca Enoc, nieto, biznieto y así hasta los orígenes edénicos de la pareja primigenia, Matusalén andaba bastante pagado de sí mismo. Siempre tuvo a gala su árbol genealógico y lo exhibía a cuantos terminaban cayendo bajo su zona de influencia que, en apariencia (si seguimos los libros sagrados), no debieran ser muchos, dado que existían otros habitantes por el planeta (los hijos o las hijas de los gigantes), ajenos a la ascendencia adánica y muy pecadores, según se venía indicando reiteradamente, que también eran objeto de la pesadez genealógica de aquel Abuelo Cebolleta.