090422

¡Gracias, amigos D. y D. Rodríguez!
¡Bravo, Dionisio! Con tu estupendo romance adquieres pleno derecho a pertenecer a esa banda de «hacedores de versos que tiene nuestra página (porque poeta, poeta, a mi parecer sólo tenemos uno: Manolo Jurado); es decir, que a la ya legendaria «facilidad» que tienes para encantarnos con las anécdotas de tu prosa, que fluye «como arroyos de agua clara», añades ahora, amigo Dionisio, esa jovial torrentera de octosílabos con añejas rimas verbales que prestan un tono nostálgico a tu propósito.
 

Espero leer la continuación que prometes para la semana próxima… porque seguramente te faltan algunos nombres que añadir en tu rosario de elogiosos octosílabos.
¡Ah!, no quisiera olvidarme: mucho me emocionó el escrito de Diego «Hoy es jueves santo», porque, gracias a él, he recuperado un recuerdo que estaba latente allá en los pliegues de la memoria. Como el suyo, también mi padre tocaba el clarinete (el requinto creo que le decían) en la banda de música de Villanueva de Córdoba; y también yo, con unos cinco o seis añuelos, me agarraba al pico de su guerrera para no perderme entre el gentío. Con este, son ya 45 años los que me quedo sin Semana Santa. De muy pocas cosas me acuerdo, pero desde ahora me quedará vivísimo el recuerdo de ir andando al lado de mi padre agarrado al pico de su guerrera, mientras tocaba su requinto. Un recuerdo, amigo Diego, que tú me has «resucitado». Gracias.

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