Tres palabras enlazadas

BONITA: ESPERANZA
FEA: MALTRATO
INVENTADA: CAMALEOLENTO
 
 

 
EL CAMALEOLENTO
En aquel pinar, cercano a la playa, vivía un pequeño camaleón que apenas tenía esperanza de seguir vivo. Conocía los peligros que le acechaban. Había observado con paciencia y con cierta desesperanza lo que estaban haciendo los amigos de las urbanizaciones a pie de playa. Sabía del maltrato que infligían continuamente a sus amigos los pinos. Ya había tenido que abandonar muchas de sus antiguas moradas. El enorme pino que estaba cerca del camino forestal había sido una de las primeras víctimas de aquel descalabro.
Con poca esperanza de seguir vivo fue pasando de rama en rama, huyendo del peligro inminente.
Las excavadoras seguían cumpliendo con su terrible tarea.
—¡Había que despejar aquel solar lo más rápido posible! —habían dicho el arquitecto y el promotor al jefe de la obra—. ¡Pronto llegará el verano y hay que tener lista y a la vista la futura urbanización!
Con parsimonia, nuestro pobre camaleón seguía buscando un refugio seguro. Cambió de color cuantas veces pudo para intentar despistar a la muerte que le perseguía en forma de excavadora.
En una retama se quedó enganchado con su larga cola.
De pronto se le ocurrió una idea peregrina:
—¿Y si dejo de ser camaleón para poder sobrevivir?
Dicho y hecho. De repente se convirtió en un camaleolento. Así pudo al fin descansar contemplando la puesta del sol desde la atalaya de aquella rama del último pino al que los urbanizadores habían perdonado la vida.
 

 

 

 

 

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Publicado en: 2004-11-20 (57 Lecturas)

 

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