FAMILIA DE CARLOS IV
(Francisco De Goya, 1800)
Toma a Velázquez como referencia,
aunque se abraza a un crudo realismo
que se aparta del suave idealismo
velazqueño, alejando así su influencia.
En este cuadro alcanza la excelencia,
representando a la familia real
con escaso destello intelectual,
escarnio que repite con frecuencia.
Un haz de luz y un color fulgurante
recorren todo el espacio dorado
e iluminan la atmósfera asfixiante.
Y si algún personaje retratado
se percibe con hostil ironía
en otros la transforma en simpatía.
Goya, con su psicológica hondura,
convierte en verdad toda su pintura.