Por Fernando Sánchez Resa.
Si el obispo, don Diego de los Cobos y Molina, levantara la cabeza y viese con qué hidalguía, sabiduría y franqueza el Instituto de Estudios Giennenses (IEG), con su flamante y valiosa directora consejera a la cabeza, Adela Tarifa Fernández, ha honrado y profundizado su memoria, aprovechando su quinto centenario en el más allá, no se lo podría creer y estaría sumamente sorprendido y agradecido…
Qué mixtura y dulzura de oportunos saberes y ponentes de primera talla se han conjuntado en su ciudad natal, cual puzle histórico‑artístico, para impartir‑regalar seis completísimas conferencias, ubicadas en la sala Julio Corzo, y una estupenda y provechosa visita guiada al magno edificio del Hospital de Santiago ubetense, durante la última quincena de octubre.
Todas han estado a rebosar de público, ávido por conocer a este mecenas ubetense que, en su relativa corta existencia (pues murió rozando la cincuentena), quiso erigir este magno y grandioso edificio en su lugar de nacimiento, confirmando lo que es obvio: que, cuando se ofrece un apetitoso menú cultural a la ciudadanía, ansiosa de conocer y saber, el tándem que se forma con el público asistente está más que asegurado; y el regusto de ambos agentes culturales se ha materializado, en cada sesión, poblando hasta los topes una de sus hermosas estancias: la sala Julio Corzo; todo ello, gracias a la tenacidad y oportunidad del IEG, y a la larga y provechosa existencia de este magno edificio que sirve de genuina tarjeta de presentacion a nuestra ciudad, Patrimonio de la Humanidad…
Úbeda, 5 de noviembre de 2016.