Por José María Berzosa Sánchez.
Octosílabos:
Oxítono: 1 2 3 4 5 6 7 [+1]
Paroxítono: 1 2 3 4 5 6 7 8
Proparoxítono: 1 2 3 4 5 6 7 8 [-1]
Endecasílabos:
Oxítono: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 [+1]
Paroxítono: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
Proparoxítono: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 [-1]
131.3. Intensidad: El acento en la penúltima sílaba del verso o del hemistiquio.
Como acabamos de indicar, el acento siempre va en la penúltima sílaba del verso; o del hemistiquio, si se trata de versos de doce o más sílabas. Este acento es el más importante del verso y de la estrofa, por lo que se denomina acento estrófico y marca el ritmo de intensidad de cada verso. Su frecuencia será mayor o menor según el número de sílabas del verso. Pero el ritmo de intensidad varía según que el acento estrófico vaya en sílaba par o impar.
El acento estrófico en sílaba par tiene un ritmo de intensidad equivalente al yambo, [ver abajo 1323.2] y es más equilibrado y contundente que el ritmo del verso cuyo acento estrófico va en sílaba impar, equivalente al troqueo [ver abajo 1323.1], que marca una intensidad grande en su inicio, pero menos estable en su final. Normalmente, el ritmo yámbico se utiliza para expresar emociones más graves o reflexivas; por el contrario, el ritmo trocaico es más festivo o intrascendente.
Aún quedan restos de la métrica latina en algunos ritmos de intensidad del verso español, que ha sustituido las sílabas larga y breve latinas por las tónicas y átonas del español. Los más utilizados son los siguientes.
1313.1. Troqueo.
Ritmo bisílabo. La primera acentuada, la segunda inacentuada.
A).
«Luz del alma, luz divina,
/lúz.del.ál.ma.lúz.di.ví.na/
faro, antorcha, estrella, sol…
/fá.roan.tór.chaes.tré.lla.sól/».
Poesías completas: ‘Proverbios y cantares’. ‘Soledades’. Antonio Machado, Madrid, Espasa—Calpe, 1995.
1313.2. Yambo.
Ritmo bisílabo. La primera inacentuada, la segunda acentuada.
A).
«Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
/an.dú.voan.dú.voan.dú.vo/ /le.vió.la.lúz.del.dí.a/
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
/le.vió.la.tár.de.pá.li.da/ /le.vió.la.nó.che.frí.a/
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
/y.siém.preel.trón.co.deár.bol/ /a.cués.tas.dél.ti.tán/».
Azul. Rubén Darío, Madrid, Aguilar, 1966, sexta edición.
1313.3. Anapesto.
Ritmo trisílabo. Dos sílabas inacentuadas y una acentuada.
A).
«Del salón en el ángulo oscuro,
/del.sa.lón.en.el.án.gu.loos.cú.ro/
de su dueño, tal vez olvidada,
/de.su.dué.ño.tal.véz.ol.vi.dá.da/
silenciosa y cubierta de polvo
/si.len.ció.say.cu.biér.ta.de.pól.vo/
veíase el arpa».
Rimas. Gustavo Adolfo Bécquer, Madrid, Rumbos, 1952.
1313.4. Anfíbraco.
Ritmo trisílabo. Una sílaba acentuada, otra inacentuada, y otra acentuada.
A).
«Adiós para siempre la fuente sonora,
/a.diós.pa.ra.siém.pre.la.fuén.te.so.nó.ra/
del parque dormido eterna cantora.
/del.pár.que.dor.mí.do.e.tér.na.can.tó.ra/».
Poesías completas: ‘Proverbios y cantares’. ‘Soledades’. Antonio Machado, Madrid, Espasa—Calpe, 1995.
1313.5. Dáctilo.
Ritmo trisílabo. Una sílaba acentuada y dos inacentuadas.
A).
«Madre, yo al oro me humillo:
/má.dre.yoal.ó.ro.mehu.mí.llo/
Él es mi amante y mi amado,
/él.es.mia.mán.tey.mia.má.do/».
Poemas escogidos: ‘Poemas amorosos’. ‘Poemas satíricos y burlescos’. Francisco de Quevedo, Madrid, Castalia, 1972.
13.3. Versículo.
Cada uno de los versos de un poema escrito sin rima ni metro fijo y determinado, en especial cuando el verso constituye unidad de sentido.