22-03-2012.
Haciendo ángulo con el pequeño vestíbulo de la entrada, se abre una sala rectangular de un centenar de metros cuadrados. A la derecha, está la barra con media docena de taburetes y, frente a ella, hay tres mesas para cuatro clientes cada una o más, porque los asientos adosados a la pared son bancos de madera oscura. Nada más entrar, oímos decir en un español perfecto:
—Bienvenidos a La Masa, familia Lara.