27-06-2009.
Pero en Semana Santa se anuda,
se enreda en el mecanismo de la existencia de cada uno.
Nunca como entonces Él es comida y bebida
y su presencia se clarifica.
se enreda en el mecanismo de la existencia de cada uno.
Nunca como entonces Él es comida y bebida
y su presencia se clarifica.
Miembros del Cristo místico somos, y esta fe se hace tangible ‑en convicción cercana a la evidencia‑, al sentirnos inmersos en el sublime aluvión litúrgico de la Semana de Pasión.