Una ráfaga de viento

Dame viento, de tu tiempo,
una hora.
Una hora de tu vida,
un momento,
un instante,
una brisa que me abrase,
una galerna que arrase,
un torbellino que arrastre
toda la espuma del mar
y estalle contra mi pecho,
sediento de libertad.

¡Una hora, viento libre,
una noche de ciclón
que quiebre mi maderamen
y me inunde el corazón!
Dame viento de tus rumbos,
una escollera roqueña,
un faro viejo y mordido
por oleajes salvajes,
una leyenda que brote
de las cántaras del mar
y encalle contra mi pecho,
sediento de libertad.
¡Una hora, viento libre,
una noche de huracán
que me pierda por los mares
donde la pueda encontrar!
Dame viento de tus crines,
una ventisca otoñal,
un silencio quejumbroso,
una lluvia torrencial,
un aguaviento que empape
esta hojarasca amarilla
y me haga vendaval.
¡Una hora, viento libre,
una eterna eternidad,
una noche para amarla,
que mis labios se hagan llamas
y mis manos,
de los mapas de su cuerpo,
no se puedan desclavar!
25-01-06.
(53 lecturas).

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