Divagando con Aleixandre y para Jesús M.ª Burgos

Allí tú, aquí yo.
Te he observado en la ascensión hasta la cumbre.
Estás a punto de coronar la cima,
de tocar con tus dedos
la florecilla última o brizna luminosa.
Todo lo has recorrido.

Oh, sí, no te asombres.
Estoy oyendo tu agitada respiración
y contemplando la angostura tus ojos:
sé que todo lo has transitado y que ahora
estás viendo el larguísimo paisaje profundo
allá al fondo y a lo lejos.
Sí: Todo él lo has recorrido.

*

Saliste quizás por la mañana.
Saliste quizás furtivamente
de aquel hermoso y ya lejano valle.
¿O era un mediodía seguramente soleado?
La dilatada llanura, los prados suavísimos;
el umbral -la voz amable-;
la esquina -algún fugaz ladrido-;
la senda -las mieses oleadas-;
la tarde -alguna sombra trasminada-;
los alcores -la fuente clara-;
los médanos -algún airecillo solazado-;
y luego otros bosques y otros ríos,
otras voces y otros brazos.
Y algún barranco herido
como una espesa alambrada de espinos
o de empinados senderos; algún risco
con sus altas águilas vigorosas;
y alguna cañada humildemente
dulce para el sueño en la memoria.

*

Lento ha parecido el ascendente caminar.
Largo ha parecido el tiempo; sí cortísimo se ha hecho:
suave a instantes; penoso a pasos;
la espalda doblegada y recia;
llagados los pies; la temblorosa mano,
casi con alas;
luces y sombras a veces estallando
la frente. Mas firme mirada.
Y de pronto, ya el cénit
de la luz.
Todo ha sido ascender sin descanso:
desde las quebradas hasta los declives,
desde las crestas hasta los descensos,
Incluso era ascender aquel instante de la duda,
de la corta caída vacilante
que te dejaba con los ojos cara a un refulgente cielo
que apenas tus pupilas reflejaban.
Sí: Todo ha sido subir, todo un lento
ascender, un morosamente esguilar
casi sin darte cuenta.
Y aquí estás hoy en la cumbre del vuelo.
Aquí tú. Aquí yo.
Distantes en la altura y unidos
en la serenidad. Porque todo es serenidad en la cima,
y todo ascender es vértice.
Un viento sensitivo orea
el vasto paisaje despejado:
En la alta frente, la alta cumbre.
Y todo tú, iluminado por ese permanente sol,
con la mano tendida al infinito hermoso
y eternamente abierto.

ALAZUL

26-04-05.

(107 lecturas).

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