Visita organizada por el Museo Arqueológico de Úbeda.
Bajo este nombre o el de La Iglesia ha sido conocida desde siempre esta calle. En ella fueron frecuentes los canteros, destacando entre todos Francisco de Herrera y Diego de Herrera, que ocupan las tres primeras décadas del siglo XVII.
Por su izquierda, se abre una calleja que comunica con la calle del Campanario. Antes se llamó El Bocado y Marrano.
En el actual número 20, nació y murió (1831-1899) el gran investigador ubetense don Miguel Ruiz Prieto, autor de la Historia de Úbeda, publicada por Cazabán en 1906.
De escasa entidad como tal, pasó más de tres siglos fundida con la calle de San Nicolás. Sólo en 1800 comienza a verse como Plaza de Carretero (así, en singular), pues parece que no estuvo dedicada a los ejercitantes de ese oficio, sino a unos vecinos portadores del apellido Carretero. Si ello es así, hay que manifestar que, curiosamente, estos dejan de verse medio siglo antes de ese año en que dan nombre al sitio.
Con esta denominación acabó la que en un principio fue conocida como La calle Llana de la Fuente (de San Nicolás). En realidad, la actual Llana de San Nicolás daba comienzo a partir de dicha fuente, mientras que el primer tramo que arranca de la plaza de Carreteros recibió distintas denominaciones (entre ellas, la de Calle de la Puerta de San Nicolás). La Llanaaparecía muchas veces unida a la de El Risquillo.
Surge como apéndice del área formada alrededor de la Fuente de San Nicolás. Esta, de la que ya hay documentación en 1552, probablemente ocupase el mismo lugar en que la hemos conocido. Se reformó en 1603, cuando su remanente fue cedido al clérigo Bernabé García, vecino de la calle Puerto del Queso.
Al principio se la conoció como la calle de por encima de la fuente de San Nicolás. Cuando comenzaron a darse solares para viviendas a mediados del XVI, la calle fue creciendo. Jorge de Cobatilla, rico labrador, del que hay noticias en 1554, le dio nombre a la calle a partir de 1594.
Se aplica por vez primera esta denominación (aunque sin tener continuidad inmediata) en 1615. El sacristán lo fue de San Nicolás y era Antonio de Biedma. Aparece en la calle Córcoles en 1601 y en 1632 había dejado de existir, pues en este año figuran en los padrones sus hijas (como pobres).
Y, aunque tuvo otras denominaciones (como la de Navarrete, por ejemplo), tal vez la más adecuada fuese la de Calle de la Torre Nueva, puesto que al estar cerrada por arriba la de la Trinidad, ella era la que conducía directamente a este bastión defensivo, ya emplazado en la colación de San Isidoro.
Este nombre se muestra inalterable a lo largo de toda la historia documentada de la calle y está dedicado a don Cristóbal de Ortega, Comendador de la Orden de Santiago, gentilhombre de Felipe II, caballerizo de la Emperatriz y regidor perpetuo de Úbeda, ciudad en la que murió en julio de 1576. En consecuencia, don Cristóbal aparece en los repartimientos de 1573 y 1575.
Vivía aquí, en una hermosa casa-palacio que pasaría sucesivamente a sus descendientes: el veinticuatro don Jorge de Monsalve, don Juan de Monsalve, etc. Estos mantendrían el inmueble en su poder hasta tiempos relativamente cercanos. Hoy, por desgracia, de ella sólo queda en pie la fachada, convertida actualmente en un insólito telón que da paso a un más insólito pasaje.