Enviado el 07-02-07 y publicado el 14-02-07.
He pasado por el café, pero no puedo entrar. Ahora me es imposible. Como Ulises, protegiéndose de las sirenas, me he tenido que defender yo tapándome los oídos, y hasta cerrando los ojos para no ver este café bullicioso, alegre y elegante.
¡No os podéis imaginar lo bien que huele aquí, fuera del café, el que os estáis tomando ahí dentro! ¡Y si oyerais el eco de vuestros versos tamizados por los ventanales!
Volveré tan pronto como pueda.