¡25 años de música antigua!

Siento un inmenso e indescriptible gozo al comprobar que el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, cuando llegue el próximo otoño musical jienense, llevará un cuarto de siglo regalando música antigua genuina, rescatada de viejos y añosos archivos de la mano de artistas e intérpretes consumados; y que piensa seguir en la brecha durante muchos años más, mientras las fuerzas sinérgicas de su ínclito director, escogido grupo de colaboradores indispensables e instituciones amigas consigan aunar y hermanar sensibilidades y voluntades a lo largo y ancho de nuestra tierra del Santo Reino, con especial incidencia en las dos ciudades renacentistas más bellas de España y parte del extranjero: Úbeda y Baeza.


Este proyecto político-cultural, tan extraordinario, es lo que realmente debe enorgullecernos y al que se adhieren multitud de empresas y organismos oficiales o particulares para conseguir, cada año, un interesante y variado programa musical, prendado de ideas, lugares y proyectos jaeneros que abarcan, además, exquisitas sensibilidades, añosas partituras y obras sublimes de Hispanoamérica, como espejo de la siembra colonizadora española, en un renovado proceso de hermanamiento vital que ambas ciudades han anudado para siempre.


Y eso que llevamos en contra el azote de esta larga y gran pandemia de la Covid 19, que lo que está consiguiendo, paradójicamente, es que siga más activo y creativo en su bello y fresco hontanar melómano; y que se dinamice y actualice aún más, tomando impulso y nuevos bríos para los muchos festivales pre-navideños que tiene por delante, con el fin de demostrar que todo proyecto bien pensado y elaborado puede y debe perdurar durante largo tiempo.



Es tanto lo que remueve esta efemérides musical: un íntimo encuentro con músicas dormidas y rescatadas por sabias manos, maravillosamente interpretadas con instrumentos apropiados y en diferentes enclaves jaeneros en donde el arquitecto y cantero Andrés de Vandelvira dejó honda huella; un goce sereno de dulce y tierna amistad; el poder disfrutar de unas postales de cine, de ambas ciudades patrimoniales, y de su cohorte de pueblos y ciudades vandelviranas jienenses; su peculiar, sabrosa y dadivosa gastronomía; el encanto de sus magníficas y trabajadas voces e instrumentos musicales antiguos; la creciente y sorprendente investigación musicológica…


Eso es lo que el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza lleva haciendo, durante casi dos décadas y media: conformando un pacto tácito con un variopinto y entendido público, nacional e internacional; mejorando su estudiada y trabajada programación con obras conocidas y, sobre todo, novedosas o de riguroso estreno, de la mano de destacados grupos e intérpretes que dan a conocer el inmenso patrimonio cultural e histórico que nuestra provincia, nación e Hispanoamérica tienen; y convirtiendo en más que apetecible el ansiado puente de la Constitución e Inmaculada a todo nativo, turista o viajero para que tenga la excusa perfecta y venga a hacer turismo de interior, del bueno y con calidad, en estas agradecidas tierras del Santo Reino; especialmente, en sus sedes privilegiadas: Úbeda y Baeza, que lucen primorosas (todos los años) en la antesala navideña, convirtiéndose en una auténtica y genuina bombonera musical, para disfrutar a sus anchas de esta fiesta melómana del otoño jienense y encontrar mil y una razones para visitarnos; y así poder llevarse el antídoto perfecto contra el aburrimiento y la desesperanza en su cotidiano vivir.


¡Felicidades, Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, por darnos tantas alegrías y tan buenos y felices momentos! Espero y deseo que podamos celebrar tu 50 aniversario muchos de tus incondicionales, entre los que me encuentro…

Sevilla, 21 de abril de 2021.
Fernando Sánchez Resa


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