Nueva cita “Molinera”

En esta plácida tarde septembrina de viernes, siendo las ocho de la tarde, se arremolina un selecto grupo de incondicionales amigos y admiradores de nuestro flamante Príncipe de Asturias de las Letras 2013, frente a mi espadaña (pues últimamente me han convertido en imantado talismán de lo ubetense más genuino), convocados por Mauricio Jiménez Larios, a las puertas de su estudio Oyarkandal…

Desde esta ideal atalaya, voy a asistir a un acto no protocolario (ni de apoyo institucional, pues no veo a ningún representante político o del ayuntamiento), donde un grupo de vecinos y amigos del barrio y de nuestro académico (y paisano) escritor pretenden conmemorar la finalización de la colocación de las placas callejeras que marcan el itinerario imaginativo de Mágina…

Aprecio un ambiente festivo y alegre que va a servir para rendir cuentas del trabajo realizado, cronicando lo ejecutado, mediante la oratoria de tres autorizadas voces que (seguro) van a condensar y puntualizar el intrincado camino recorrido hasta aquí.

Ya dentro del local, el artista Mauricio, ha colocado sendos paneles: en uno, están expuestas las cuentas (quedando enterados todos de que aún queda una cierta cantidad de euros por cubrir: «¡Anímense ustedes a sufragarla, merece la pena…!») y los patrocinadores económicos, anunciadores o materiales de esta feliz idea, plasmada tras largo y arduo trabajo; en otro, los momentos fotográficos más sobresalientes de cómo se ha realizado… Allí también se puede visitar una exposición de cuadros y el visionado de libros de Antonio Muñoz Molina, que se encuentran colocados en varias estanterías acristaladas y, entre medias (presidiendo), está una gran foto de cabecera suya.

Los medios de comunicación gráficos y televisivos no quieren faltar y se encuentran filmando intensamente el evento con gran presteza. Algunos particulares o aficionados tampoco quieren perder la ocasión de recoger esas fotos, que siempre serán históricas.

Tras la llegada de Antonia Molina, la madre del escritor, comienza el acto en el que Mauricio Jiménez Larios, Rafael Bellón Zurita y Luis Foronda Gómez van a pintar un bonito y sugerente cuadro verbal de todo lo acontecido hasta la fecha en nuestra Mágina‑Úbeda, plena de ensueños y realidades…

El primero, describe el trabajo realizado dando las gracias a todos los amigos y vecinos que han intervenido en la colocación de las placas callejeras de la ruta turístico‑literaria de Antonio Muñoz Molina; así como de los ciudadanos que han consentido exhibir en sus fachadas tan digno distintivo cultural y literario… y a todos los colaboradores económicos o de cualquier tipo que han hecho posible este recorrido imaginado que servirá de fuente de ingresos económicos y culturales para nuestra ciudad. No podemos ser menos que otras urbes españolas o europeas, donde miman estas rutas literarias de sus más preclaros hijos, siempre en beneficio cultural y económico de la ciudad que les vio nacer (Cervantes, Lope de Vega, William Shakespeare…). Incluso disculpa al ayuntamiento ubetense, a pesar de ser el único que no ha consentido que se pusiese la placa correspondiente en la antigua comisaría de policía, bajo la torre del reloj, por lo que ha tenido que hacerlo en el acerado de enfrente…

Ahora toma la palabra Rafael Bellón, y aprecio que no viene representando al cronista oficial de Úbeda (que lo es), sino como amigo y fiel enamorado de la prosa de nuestro simpar novelista, pues todo le parece poco para que se divulgue y conozca cada día más. Tras ponderar la tenacidad y eficiencia de Mauricio, anima a que se unan los esfuerzos de los “Sabineros” (amantes de la música de Joaquín Sabina) y los de los “Molineros” (enamorados de la literatura de Antonio Muñoz Molina) para que Úbeda reluzca más y mejor… Hace hincapié en la transfiguración de Úbeda en Mágina, palabra relacionada con imagen, imaginación, magia…; y relata un par de anécdotas: la celeridad con la que Mauricio completó la s que le faltaba a la plaza de Beatus ille, en contraste con los veinte años que lleva dando la lata al ayuntamiento de Úbeda (por el que han pasado todos los colores del arco político…), para que corrijan diferentes desafueros y malas ortografías de la variopinta colección de placas callejeras que pululan por nuestra ciudad, sin conseguirlo… Y la buena mañana que pasaron, cuando, al unísono de la entrega en Oviedo del título de Príncipe de Asturias de las Letras 2013 a nuestro convecino Antonio Muñoz Molina, fueron colocando las placas simbólicas que ya se han sustituido por las originales y vistosas de cerámica, que son más del agrado del autor de El jinete Polaco y de la mayoría de gente de buen gusto que le sigue en ese y otros temas… Trae un texto del último artículo de La huerta del Edén, en clara referencia a estos lares que nos circundan, pero que no lee por no extenderse demasiado… Y anima a que Mauricio Jiménez haga una escultura, como gran artista que es (pues ya tiene una en Aranjuez del maestro Rodrigo), que refleje, por ejemplo, El viento de la luna.

Y, finalmente, Luis Foronda, otro insigne escritor de Torreperogil, que lleva afincado tres décadas en Úbeda, dando siempre ejemplo del amor que profesa a la ciudad de su esposa (mostrando pistas que seguir, a la tibieza de muchos ubetenses…), lee un magnífico texto de El jinete polaco, continuándolo de su cosecha literaria donde pondera, de una forma exquisita y original, lo realizado hasta ahora y la visión de futuro que supone este itinerario literario-turístico (que él ya lleva tiempo realizando a instancias de Artíficis, Andrea y Nono), centrándose principalmente en cuatro de sus obras más emblemáticas (Beatus ille, El jinete polaco, Plenilunio, El viento de la luna) sobre nuestra ciudad y recreando, con esa prosa enamorada que únicamente Luis sabe brindarnos, una feliz ensoñación de personajes y ambientes “Molineros” por diferentes callejas de la auténtica
Mágina (la Úbeda recreada por su autor), para que todo el que nos visite consiga alcanzar la felicidad que él ya ha percibido con la literatura, en general, y con los irrepetibles textos de nuestro académico, en particular; y del que esperamos ‑particularmente yo (la iglesia de San Lorenzo) y mucha gente más‑ que consiga el Nobel de Literatura algún día, como de niño él mismo soñó… Tenemos la suerte de vivir en una ciudad privilegiada, donde ficción y realidad son las dos caras de la misma moneda que puede servir para revivir esos personajes e historias que están ahí, a la mano, para todo aquel que quiera y pueda apropiárselos…

Mauricio remata el acto abogando por la difusión de la obra literaria de Muñoz Molina, que puede y debe expandirse no solamente en el campo literario sino por el resto de las artes plásticas, poniendo a disposición de los institutos y centros educativos de la localidad su biblioteca y taller, con el fin de que se conozca a nuestro universal escritor y sirva de disfrute creativo a todo niño o adulto que se acerque a beber en su insondable hontanar…

Con el regalo del ramo de flores a Antonia, la madre de Muñoz Molina, observo que se encuentra más larga que ancha, pues si, a cualquier madre, el triunfo de su hijo le hace flotar, a ella le debe proporcionar cachitos de cielo continuado… Desde el público, un espontáneo pide un fuerte aplauso para Mauricio Jiménez, artífice principal de este acto. Y el público no lo duda un instante.

He vuelto a comprobar que la gente es renuente cuando se trata de llevar adelante una ilusión o quimera (y, a veces, hasta lleva la contraria), especialmente cuando se principia un proyecto novedoso como éste, al que he asistido (como iglesia de san Lorenzo) invitada desde la altura; pero, cuando todo se va consolidando, muchos se aúpan al carro vencedor… La vida ha sido, es y seguirá siendo siempre así. ¡Qué le vamos a hacer!

Ya ha anochecido casi sin darme cuenta. Veo que han encendido las luces y farolas de las calles y vislumbro un ambiente festivo, sin alharacas ni música, pues todos se están tomando una copita o cerveza y alguna de las tapas, ofrecidas gratuitamente por Palacios Confitería y Restaurante Amaranto, que se suman (una vez más) para que este barrio (que tanto quiero y me arropa) sea un lugar de encuentro frecuente de paisanos y foráneos, ya que con cualquier excusa o motivo se juntan, en tertulia o trabajando, a mi vera, para que me sienta más acompañada y dichosa.

¡Gracias a todos, de manera especial a las personas mencionadas anteriormente, y a los amigos y vecinos del barrio, por compartir conmigo esta agradable velada en la que he soñado y recordado tanto…! Así, el fin de semana, se me va a hacer más corto y dichoso.

Úbeda, 12 de septiembre de 2014.

 

fsresa@gmail.com

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