Desde esta abandonada soledad
voy buscando,
en los surcos plateados de la tarde,
en los flecos oricalcos de la noche,
lunas llenas que regalarte,
perlas vírgenes con que adornarte,
palabras nuevas para cantarte…
Antiguos Alumnos de Magisterio SAFA (AAMSU)
Desde esta abandonada soledad
voy buscando,
en los surcos plateados de la tarde,
en los flecos oricalcos de la noche,
lunas llenas que regalarte,
perlas vírgenes con que adornarte,
palabras nuevas para cantarte…
(Traemos a la actualidad el primer escrito de Jesús Ferrer Criado, un romance lleno de guasa y empatía, una narración a modo de «cuentacuentos» de lo acaecido en la Asamblea fundacional de 2003. Escritos así son siempre bienvenidos, y confiamos en que proliferen en esta nueva etapa)
I
Por fin llegó el gran día,
por fin la hora es llegada.
Aquí, confluyen caminos,
aquí, en esta explanada,
ante un Cristo Rey de piedra
que, desde su alta fachada,
contempla la escudería
de coches caros, de “haigas”,
que, los otrora zagales
de modesta indumentaria,
“calzan” ahora, ya viejos,
las testas mondas o blancas,
y las lisas barriguillas
de nuestra común infancia,
por bodas y por bautizos,
hechas ya lustrosas panzas.
Continuar leyendo «Asamblea 2003: Cronicón impertinente»
(De nuevo traemos a la actualidad un escrito de una de las fundadoras, María del Carmen Ruiz Ara, presentado a la Asamblea de 2003, para refrescarnos la memoria y animarnos a recuperar el empuje originario…)
Por María del Carmen Ruiz Ara
Cuando me invitaron a decir unas palabras en este acto, sentí una gran alegría. Alegría que se ha incrementado al encontrarme hoy inmersa entre vosotros, en este ambiente distendido y de franca camaradería.
Me gusta mucho la idea de crear una Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio Safa. Y me gusta, porque creo que las asociaciones son necesarias en esta sociedad llena de técnica que estamos viviendo en el siglo XXI; una sociedad en la que sobra al parecer de todo, pero en la que también faltan muchas cosas: diálogo, comprensión, tiempo para cederlo a los demás, e ilusión; y, es precisamente la ilusión, la que debe de presidir todos nuestros actos, convirtiéndose en el motor que rige nuestra existencia.