El nacimiento de mi educación literaria, el descubrimiento de la literatura como experiencia vital y, en definitiva, mi pronta relación con los textos estéticos lo debo a la figura de don Jesús Burgos. Evocar aquí y ahora al maestro significa situarlo en el marco del lenguaje real y del lenguaje figurado, de la denotación y de la connotación, del horizonte de la función poética. Por ello recurriré a la voz de los poetas para delimitar el perfil del hombre y del profesor ejemplar. Lo acompañaré a través de grandes maestros de nuestra literatura en un intento de reconstruir el retrato del personaje, en un afán de revivir brevemente su vida en aquellos días lejanos de nuestra adolescencia y primera juventud. Espero de su benevolencia y de la de quienes compartieron conmigo en la Safa tan singular experiencia.
«Ad maiorem Jesus gloriam» (AMJG)
A mi querido maestro que me acercó al universo de la Literatura, que comenzó a desarrollar mi imaginario personal.
Promoción de maestros Safa. 1966.