Como saben que soy propenso a la nostalgia, algunos compañeros, de vez en cuando se acuerdan de mí, me dedican unas palabras y me envían algún detalle que yo guardo con especial afecto. Hace unos días, abrí el correo y me encontré una fotografía con más de medio siglo de antigüedad. Una fotografía de niños pobres y sencillos, con los ojos vivos y la mirada palpitante, como pajarillos en sus primeros vuelos. Me la enviaba un antiguo compañero del colegio de Villanueva del Arzobispo que ahora vive en Mallorca, quiera Dios que por muchos años. Se llama Paco Roca.